Efectivamente es posible tener un vientre plano gracias a la cirugía estética, actuando a tres niveles: la piel, la grasa y los músculos. Este método permite retirar la grasa excedente de debajo de la piel a través de una liposucción. Se trata de una cánula introducida por debajo de la piel a través de una minúscula incisión de 3 mm de larga.

Esta cánula está conectada a un aspirador que le permite retirar específicamente esta grasa. Permite retirar el exceso de piel sobre el vientre, responsable del aspecto de «delantal abdominal» obtenido después del embarazo o de los diferentes regímenes yo-yo. Permite tensar los músculos abdominales a través de un procedimiento que introduce hilos quirúrgicos.

Los músculos se solidifican así, permitiendo la confección de una «ganancia» abdominal de excelente calidad. Dos intervenciones se pueden realizar en cirugía estética para recuperar un bonito vientre plano: la plastia abdominal o la liposucción.

Cirugía-estéticaLa abdominoplastia es la intervención más completa, puesto que permite jugar con los tres niveles anteriormente descritos: la grasa excedente será realizada por una liposucción al comienzo de la intervención, los músculos abdominales se cerrarán, y la piel excesiva, responsable del delantal abdominal, será retirada, pero conllevando la presencia de una larga cicatriz situada justo por debajo del pubis.

Los inconvenientes de la intervención

La presencia de una gran cicatriz a nivel del pubis y de otra suplementaria alrededor del ombligo. Esta cicatriz debe se explicada a las pacientes con el fin de evitar malas sorpresas. La duración de la convalecencia es de dos a cuatro semanas como mínimo.

Unos riesgos operatorios importantes: se trata de una verdadera intervención quirúrgica durante dos o tres horas, con los riesgos clásicos de hematomas, infección, flebitis, y embolia pulmonar.

En conclusión, podemos decir que la abdominoplastia demanda una motivación y una determinación, pero también permite la obtención de un vientre lo más plano posible.