• Autor de la entrada:
  • Tiempo de lectura:5 minutos de lectura

No cabe duda que cada tipo de piel es diferente y requiere cuidados específicos adaptados. Las diferencias entre una piel seca, una piel mixta, o una piel grasa son evidentes. Para responder a cada necesidad en concreto, el mundo de la cosmética presenta una amplia gama de productos específicos y bien adaptados en función de cada necesidad. Veamos algunos consejos prácticos en función de cada tipo de piel, para mantener el mejor aspecto posible de la epidermis.

Piel grasa

Su grano es irregular, los poros están dilatados y son visibles. Es una piel de aspecto brillante sometida a las imperfecciones, y que requiere cuidados específicos. Hablamos por lo tanto de una piel desequilibrada, que se deshidrata y se irrita fácilmente. El estrés y las agresiones externas como la contaminación, el sol, el viento, acentúan la secreción de sebo y hacen que la piel esté siempre brillante. Es necesario armonizar la piel, pero siempre respetando su equilibrio frágil, gracias a productos de cuidados bien adaptados.

Consejos prácticos

Se debe limpiar el rostro por la mañana y por la noche con productos suaves, no irritantes y sin jabón. Después se aplican emulsiones fluidas específicas para pieles grasas. Por la mañana se debe aplicar una crema hidratante matificante o una crema hidratante antiimperfecciones, en función de cada necesidad. Por la noche, lo ideal es aplicar un cuidado reparador para pieles grasas. De dos a tres veces por semana es bueno realizar un peeling o aplicar una mascarilla insistiendo en las zonas grasas. Este tipo de piel se debe proteger del sol con un cuidado solar de tipo fluido o gel con un índice de protección medio, adaptado a este tipo de piel.

Tratamiento piel

Piel mixta

El exceso de sebo en la zona “T”, es decir en la frente, la nariz, y el mentón, favorece un grano de la piel irregular y poros visibles y dilatados, mientras que los pómulos presentan una piel normal con un aspecto mate y uniforme. Se requieren cuidados capaces de estabilizar el nivel de sebo y que preserven la hidratación de las mejillas.

Consejos prácticos

Se debe limpiar y desmaquillar el rostro por la mañana y por la noche con un producto suave, insistiendo en las zonas más grasientas. Después se aplican emulsiones fluidas específicas para pieles mixtas. Por la mañana lo ideal es aplicar una crema hidratante matificante para estabilizar el sebo, y por la noche, un cuidado reparador para pieles mixtas. De dos a tres veces por semana lo ideal es realizar un peeling o aplicar una mascarilla, insistiendo en las zonas grasas. Para terminar conviene evitar la exposición al sol sin protección. En efecto, el sol es el gran enemigo de las pieles mixtas.

Piel normal

Hablamos en general de una piel lisa y confortable, con niveles de agua y de grasa perfectos en equilibrio. El aspecto es mate y el grano de la piel es regular. La piel no presenta problemas en particular, pero es susceptible ante las agresiones externas, y debe combatir los signos del envejecimiento cutáneo. Lo ideal es utilizar cuidados capaces de preservar el equilibrio y la juventud de la piel.

Piel seca

El grano de la piel seca es fino, pero provoca tirantez y tiene falta de brillo. Es una piel deficiente en sebo, mal protegida, y tiende a deshidratarse y fragilizarse. Por culpa de esta tirantez permanente, se experimenta gran incomodidad, por eso es necesario aplicar cuidados nutrientes para equilibrar la epidermis y dar mayor luz a toda la piel.

Consejos prácticos

La piel debe limpiarse por la mañana y por la noche con un limpiador suave antideshidratante. Por la mañana, se debe aplicar delicadamente un cuidado hidratante protector para calmar la sensación de tirantez y de incomodidad, pero también para proteger la piel de las agresiones externas. Por la noche lo ideal es utilizar un cuidado que reestructure el cemento celular. Se aconseja aplicar una mascarilla de hidratación intensa. Además se debe beber diariamente un litro y medio de agua.

Piel madura

Esta vez hablamos de una piel sensible y delgada por culpa de la reducción del grosor de la epidermis. Aparentemente es una piel sin elasticidad y con poco volumen. Suele presentar problemas pigmentarios y menor resistencia a las agresiones externas. Está claro que hablamos de una piel muy sensible. Con el sol se debe proteger con una crema solar de índice de protección medio, adaptado a este tipo de piel.

Consejos prácticos

La piel se debe limpiar en profundidad por la mañana y por la noche con un producto suave. Por la mañana es bueno aplicar delicadamente un cuidado hidratante protector antiedad sobre el rostro, el contorno de los ojos, los labios y el cuello para calmar la sensación de tirantez y de incomodidad, pero también para proteger la piel de las agresiones externas. Por la noche se debe aplicar un cuidado regenerador antiedad sobre el rostro, el cuello, y el escote. Para terminar, lo ideal es beber un litro y medio de agua al día.