El baño de las piernas para un tratamiento correcto de los pies cansados es un remedio muy antiguo que se remonta a tiempo inmemoriales. En Alemania esta es una práctica muy corriente, al igual que en Austria, aunque del baño de pies existen muchas versiones. No se trata solamente de cuidar las extremidades con sus cinco dedos, sino de irradiar sobre todo el cuerpo una sensación de bienestar general.

Recuperar la energía

Alternar un baño caliente con un baño frío aporta un plus de energía instantáneo, y repercute en todo el cuerpo cansado. Sentaos en el borde de la bañera y estirad los pies bajo el chorro del grifo, con agua caliente y durante dos minutos; ahora abrid el agua fría y continuar el tratamiento durante dos minutos más; alternar así agua caliente con agua fría durante 12 minutos, y en tres ciclos.

Restablecer la circulación

No hay nada tan eficaz como la ducha escocesa. Utilizar el mismo principio que decíamos antes para recuperar energía, alternando 2 minutos de agua caliente y cinco segundos de agua fría, durante diez minutos.

pies metidos en aguaUn baño de pies con menta ayuda a conciliar el sueño. Tras una jornada de mucho calor, y en la que hemos sudado excesivamente, o tras una jornada muy cansada, se deben meter los pies en agua caliente con un puñado generoso de menta fresca durante 10 minutos. Poco a poco el estrés y la tensión van desapareciendo.

Pies helados

Podéis probar a disolver un tapón de sales Epsom en agua caliente y dejar metidos los pies… hasta las rodillas durante 10 minutos.

Pies cansados

Tras una larga jornada de caminata, meter los pies en agua caliente añadiendo 3 cucharadas de bicarbonato de soda. Luego dedicarle tiempo para realizar una buena exfoliación, frotando la parte de abajo del pie con arena o cualquier producto que contenga granos para «raspar» la piel. El agua debe estar caliente a unos 37º C para disminuir los dolores relacionados con el cansancio de la planta de los pies.