Tras varias comidas en las que nos hemos salido de la norma durante las navidades, el organismo da la voz de alarma y reclama descanso. Para ayudar a recuperar su equilibrio, se debe empezar un programa de desintoxicación en tres etapas para purificarse y desprenderse de las toxinas acumuladas. No se trata de querer adelgazar, sino de limpiar el cuerpo desde el interior con el fin de recuperar la salud y la vitalidad.

Higiene de vida

Una desintoxicación implica reglas dietéticas y una buena higiene de vida. Para evitar caer en la tentación de terminar los restos de los pasteles o de los platos que se han servido durante las fiestas, conviene hacer limpieza en la nevera y solo conservar los productos que son buenos para nosotros.

Las frutas, las verduras y los cereales integrales se pueden consumir a voluntad. Estos tres grupos de alimentos cargados de vitaminas, de antioxidantes y de fibras son ideales para limpiar el organismo y mejorar la digestión. La carne roja se reemplaza por pescado magro que debemos cocer al vapor para un mínimo de calorías.

Zumos

Lo ideal es beber al menos litro y medio de agua diario, bien sea en tisana, en caldo, etcétera. Si fuera posible, lo mejor es priorizar las tisanas especiales para la desintoxicación y las aguas minerales pobres en sales, pero ricas en magnesio para evitar cualquier posible cansancio físico.

Desde luego debemos dejar de lado las grasas, los alimentos demasiado salados y demasiado dulces. Por lo tanto, se trata de decir adiós a las grasas y a la repostería, pero igualmente a la charcutería, a la carne roja, a la mantequilla y al aceite. Igualmente es el momento de olvidarse de las bebidas alcohólicas, con el fin de dejarle al hígado el tiempo necesario para reponerse.

Para purificar correctamente el organismo, al tiempo quedamos sabor a los platos, se pueden utilizar hierbas aromáticas para condimentar los platos. Romero, perejil, salvia, tomillo, albahaca. Se trata de plantas ricas en clorofila, y que aportan vitalidad al organismo, por tanto son excelentes aliados para una piel mucho más fresca.

Una cuestión de digestión

El equilibrio ácido base es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, concretamente para evitar los problemas de salud, de digestión, o el cansancio. La acidez de nuestra alimentación es demasiado alta para poder ser correctamente asimilada por el organismo. Para compensar, debemos ingerir alimentos ricos en minerales alcalinizantes, es decir con un pH básico, lo opuesto al pH ácido de los alimentos no alcalinizantes, como el calcio, el potasio y el magnesio.

Las verduras verdes como el brócoli, las espinacas, o las judías, y los cereales integrales forman parte de nuestros mejores aliados y que se pueden consumir sin moderación.

Por el contrario, los productos lácteos y las verduras crudas como los espárragos, los tomates son muy ácidos y por tanto se deben evitar. Las frutas se pueden consumir con moderación, puesto que presentan un alto contenido en azúcares. Únicamente el limón se puede consumir a voluntad por razón de sus virtudes alcalinizantes.

Un truco interesante puede ser realizar una cura de limón. Diluido en una botella de agua, se va bebiendo poco a poco a lo largo de todo el día. Igualmente el pescado o la ensalada se pueden condimentar con limón, puesto que no solo es un buen aliado para la desintoxicación del organismo, sino que además ayuda a adelgazar, puesto que permite regular el sistema digestivo, etapa crucial en la eliminación.

Plantas y suplementos alimenticios

Para completar la cura de desintoxicación, podemos poner el acento en los suplementos alimenticios o en remedios naturales a base de plantas.

Los aceites esenciales suelen ser buenos aliados para la desintoxicación. Basta con agregar algunas gotas en un trozo de azúcar o en un trozo de pan para aumentar las defensas inmunitarias y volver a recuperar la energía. El limón combinado con el romero ayuda a drenar el hígado, y el pomelo facilita la digestión. Así pues, el abanico es amplio y las posibilidades son enormes.