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Normalmente, por dieta de desintoxicación se comprenden muchas cosas, y algunas bastante desviadas de su sentido original. Algunos dicen que es un peligro para la salud, otros hablan de técnica radical de adelgazamiento, para otros es una dieta que da miedo, o que provoca intriga. Hacer una dieta de desintoxicación es en realidad uno de los únicos modos naturales y sin peligro que disponemos para renovar el organismo.

Hacer una cura de desintoxicación en profundidad

Con una alimentación mayoritariamente de origen industrial, incluso cuando se come de forma equilibrada, es necesario realizar una cura de desintoxicación. Los pesticidas, aditivos y otros productos nocivos invaden y perturban nuestro organismo. De esta forma, se acumulan las toxinas. Esto se traduce por problemas cutáneos, digestivos, articulares y de otro tipo. La desintoxicación permite desprenderse de todo esto. Para comenzar correctamente esta desintoxicación nosotros recomendamos comenzar por una monodieta.

Se trata de la desintoxicación profunda por excelencia. El principio es sencillo, se trata de consumir exclusivamente un solo alimento, sin límite de cantidad, durante un período de 3 días. Se trata del tiempo que requieren los intestinos para proceder a la renovación total celular.

Zumos

¿De qué forma el consumo exclusivo de un solo alimento durante 3 días beneficia al organismo? Con un solo alimento para digerir, el intestino se verá menos cargado de trabajo de lo que lo es habitualmente. Esto le permite proceder a una gran limpieza. Esto lo desarrolla la monodieta, ya que es el método más eficaz para renovar los intestinos.

Por nuestra parte, recomendamos realizar la monodieta con una manzana biológica, dado sus cualidades depurativas, antioxidantes y depurativas. También existen otras formas de monodieta. La uva, blanca o roja, sanea la piel y es rica en vitaminas B1, B2, y C. La zanahoria igualmente, puesto que neutraliza los radicales libres, con una potente acción cicatrizante y protectora de las paredes intestinales, y equilibra las constantes del organismo.

Después de la monodieta

Una vez que se ha superado la prueba de la monodieta, no se trata ahora de lanzarse sobre cualquier alimento y destruir todos los beneficios conseguidos. Realizar una cura de desintoxicación requiere ser paciente, dicho de otro modo, un periodo de realimentación. Al menos una semana será indispensable para reintegrar progresivamente los alimentos. Las frutas y las verduras primero, luego los cereales y después las legumbres.

Conviene empezar por un desayuno de desintoxicación. Tras estos tres días de desintoxicación profunda, los intestinos estarán más sensibles al despertar. Se trata de poner el acento en un buen zumo de frutas y verduras licuadas o en una ensalada de frutas y con algunos oleaginosos. Se debe evitar el café, y sobre todo las leches y azúcares añadidos. Lo ideal es priorizar el té verde. El estómago vacío es fundamental para una completa asimilación de vitaminas y minerales.

Las proteínas animales deben esperar entre 3 y 4 días antes de ser de integradas en la alimentación cotidiana. Así pues, si no se puede pasar sin tomar leche o yogur, se puede hacer el lleno con sustitutivos vegetales. En pocas palabras, la desintoxicación consiste en concentrarse al máximo en la calidad de los aportes nutricionales. Pero conviene saber que también se trata de un reflejo que se debe adoptar en la alimentación en general. Puesto que aunque no se trate de la finalidad de la desintoxicación, es posible constatar ligeras perdidas de peso en las personas que han acumulado durante años una mal comida.

Pero eso no es todo, realizar una cura de desintoxicación permite al cuerpo, en su totalidad, renovarse completamente.

Las verduras al vapor o al wok

Normalmente tenemos tendencia a pensar que es beneficioso cocer las verduras en agua. Es cierto que gracias a este modo de cocción, el aporte en materias grasas está limitado. Sin embargo, la cocción con agua hirviendo es sinónimo de fuga de minerales y de vitaminas hidrosolubles.

Para limitar la pérdida nutricional de las verduras, es preferible optar por la cocción al vapor. Este método de preparación es el más sano y el más dietético, y eso por una razón sencilla, conviene saber que más allá de los 100º C, la mayoría de los elementos nutritivos se destruyen. El vapor permite cocinar los alimentos, conservando sus beneficios, y sin ningún añadido de materia grasa.

Un truco interesante para dar sabor a las verduras: no se debe dudar a la hora de incluir hierbas frescas o secas en los ingredientes. Una vez las verduras cocidas, se pueden condimentar con un chorrito de aceite de oliva, muy apreciado por su riqueza en grasas saludables Omega 9, o con aceite de colza, rica en Omega 3.