¿Tenéis una piel tirante, sobre todo cuando hace frío, y que reacciona mal a la higiene? Entonces es muy posible que tengáis una piel seca. En caso de error, podría tratarse de otra cuestión, puesto que este problema se suele confundir con otras afecciones. Antes de nada se debe confirmar si se tiene o no una piel seca, para aplicar después el tratamiento más apropiado.

Según un reciente estudio, el 52% de los pacientes no son capaces de reconocer el tipo de piel que tienen. Por esta razón, muchas mujeres creen tener una piel seca. Con cierta frecuencia se equivocan: el problema de la piel seca se suele confundir con el de la piel deshidratada, que en realidad es el más frecuente. La deshidratación de la piel afecta a un 63% de las mujeres, pero sólo el 40% reconocen tener este problema.

Piel seca o deshidratada

Porque la piel seca y la piel deshidratada demandan tratamientos diferentes, es importante saber distinguirlos. La piel deshidratada es un estado de falta de agua, y que no depende de la naturaleza de la piel (se puede tener la piel grasa y deshidratada) y puede ser provocado por las condiciones climáticas (frío o viento), o un desarreglo hormonal.

Luego, desaparece una vez que la hidratación se ha restablecido. La piel seca, por el contrario, es una piel de otra naturaleza, que se caracteriza por una falta de lípidos. Curiosamente, estos son esenciales para garantizar la cohesión de las células entre sí. Si faltan los lípidos, el film hidrolipídico de la superficie se altera y la capa córnea, que es la barrera esencial para la protección de la piel, corre el riesgo de ser dañada.

¿Cómo reconocer una piel seca?

Los signos de la piel seca aparecen en cualquier momento del día: la piel se pone tirante, hace daño cuando movemos los músculos de la cara, se hace más rugosa, pierde su tono natural, pierde flexibilidad. Las mujeres con la piel seca se quejan de tener dificultades para maquillarse, y de tener cierta sensación de tirantez después de la limpieza facial.

Por otro lado, la falta de protección de la piel seca, la hace más vulnerable a las bacterias, toxinas e impurezas, y ocasiona ciertas clases de picores. La piel seca, ofrece una apariencia envejecida, porque provoca escamas y arruga. Por todas estas razones, la piel seca debe ser tratada convenientemente, ya que hoy en día hay soluciones muy eficaces para cada tipo de piel en particular.