La técnica de los hilos tensores es una buena alternativa para volverle a dar a la piel su firmeza, corrigiendo su relajamiento. Los resultados pueden ser tan espectaculares como los de la cirugía estética. El método de los hilos tensores se basa en la introducción de hilos debajo de la piel. Generalmente, se utilizan hilos de oro que son eficaces puesto que pueden durar más de 4 años.

Sin embargo, los hilos tensores se suelen utilizar para recolocar los tejidos en su sitio. Los hilos tensores son hilos muy finos de 0,5 mm de diámetro, incoloros y pueden alcanzar una longitud de hasta 20 cm.

La piel se puede estirar a nivel de las sienes, de los pómulos, del cuello y del mentón. Con la inserción de los hilos, el especialista determina primero las zonas que requieren volver a ser tensadas, y luego traza la dirección que van a tomar los hilos. La introducción de la aguja que precede al del hilo es delicada, puesto que se debe evitar tocar los nervios y los capilares.

CirugíaLa aguja sigue el trazado establecido sobre la piel y el hilo se introduce en esa dirección, antes de reforzar su adhesión con una pinza. Ningún hilo debe quedar sobre la piel, para ello los acabados deben ser efectuados por debajo de la piel. La intervención dura unos 30 minutos de media, o más en función del tratamiento.

Después de la intervención

Es posible practicar el método de los hilos tensores sin anestesia en las partes no sensibles, puesto que en caso contrario, una anestesia local es suficiente. La hospitalización no es por lo tanto necesaria. Generalmente, la intervención no provoca ningún tipo de complicación, pero es posible que aparezcan edemas, pero no suelen durar mucho tiempo.

Sin embargo, si hay complicaciones, estas se presentan generalmente en forma de hinchazón en las partes tratadas, y también es posible que la piel tenga problemas de pigmentación.

El resultado depende sobretodo del tipo de hilo utilizado. En cualquier caso, el resultado es visible en pocos días después de la intervención. La intervención es eficaz y los resultados satisfacen a la mayoría de las pacientes. El coste de esta intervención está en unos 1000 euros. La tarifa aumenta en función de la superficie de la piel que vaya a tratar, así como de los productos utilizados.