Los productos utilizados tienen un papel importante con el fin de obtener un cabello liso. De esta forma, se optimiza el resultado aplicando productos especialmente concebidos para alisar el pelo. Bien en el champú o en la mascarilla se deben escoger fórmulas alisadoras.

Igualmente, se debe utilizar un acondicionador para que las fibras capilares no se peguen entre sí. Una vez que habéis terminado de lavar el pelo, debéis desenredarlo correctamente antes de secarlo. Para el secado, debéis proceder de igual forma a como hacéis para desenredarlo, pero estirando un poco más hacia abajo.

Cuando el pelo está bien seco, podéis pasar a la aplicación de la placa para alisar. Pero antes de esto, aplicad un poco de serum sobre el cabello de forma a que esté más brillante, particularmente en cabellos secos y débiles.

CabelloUna vez que la plancha alisadora está caliente, la pasáis por el pelo procediendo mecha por mecha para que el conjunto del cabello se vea afectado. Cuando hayáis terminado, corregid los cabellos más rebeldes a través de una fina capa de laca, esto permitirá obtener un mejor mantenimiento del alisado.

Cabellos lisos y sanos

Las planchas para alisar el pelo pueden ser utilizadas de forma regular a condición de que se trate de un producto de buena calidad. En efecto, si las planchas son de mala calidad, el pelo corre el riesgo de ser dañado, secarse, y fragilizarse. De esta forma se aconseja utilizar planchas de cerámica para evitar que el pelo se pegue entre sí, o se queme al contacto con las placas.

La anchura de la plancha depende del tipo de pelo. Para cabellos ondulados o rizados, una anchura de 5 cm puede adaptarse bien, sin embargo, para cabellos muy rizados, se deben utilizar planchas con menor anchura.

Antes de alisar el pelo, debéis aplicar un producto nutriente para protegerlo. Por otro lado, se debe encontrar la temperatura correcta para alisar el pelo, comenzando por una temperatura media, e ir aumentando si el resultado no es del todo satisfactorio.