El tratamiento interno comprende los medios naturales que cuidan la piel en profundidad. El primer principio que se debe adoptar es una higiene alimenticia sana y equilibrada. Esto supone un consumo moderado de alimentos grasos y de azúcares rápidos que dañan el cutis. Más vale poner el acento en alimentos ricos en betacarotenos (zanahorias, papayas, mangos, etc.), puesto que realzan el color de la piel.

Se deben consumir igualmente alimentos ricos en omega 3 (pescado, aguacate, etc.), porque protegen del envejecimiento de la piel. Y sobretodo, beber mucha agua (1,5 l/día y más aún en verano) para una hidratación y una purificación interna de la piel. El segundo principio es el de tener una buena higiene de vida: ejercicios físicos, sueño suficiente, nada de estrés. Todo esto influye en la belleza del cutis.

Un tratamiento externo natural

Varios productos naturales que se aplican de forma externa pueden aportar la vitalidad y belleza que la piel del rostro necesita. Cada producto posee sus propias virtudes. Para aumentar la firmeza, aplicad una mascarilla de arcilla, con yema de huevo o pepino, y esto con una frecuencia de dos veces a la semana.

ConsejosPara la suavidad de la piel, se debe lavar la cara con una infusión de manzanilla que se debe conservar en la nevera. Para revitalizar e hidratar la piel, una mascarilla de aguacate mezclado con extractos de germen de trigo es ideal. Para iluminar el cutis, aplicad una loción de zumo de zanahorias, mezclada con tila. Estos trucos de la abuela causan furor, y son realmente eficaces.

Si embargo, si no estáis de humor para adentraros en la naturaleza, siempre se pueden utilizar productos de belleza a base de ingredientes naturales: aceite de almendra dulce, extracto de cachemira, aguacate, etc. Un cutir luminoso y natural es un signo de salud y garantía de belleza.