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Si ya estabais pensando en que al acercarse el frío podríais permitiros el lujo de engordar sin control, lo siento. No debéis leer este artículo.

Muy al contrario de lo que mucha gente piensa, la mejor época para ponerse a perder kilos de más, es el invierno.

A pesar de que las navidades se acercan y los dulces típicos, los bollos, las comidas copiosas y las cenas de empresa, comienzan a verse en el horizonte, ahora estáis a tiempo de llegar al verano en forma.

¿Cuál es la duración?

Por supuesto que nada tiene que ver la persona que, simplemente retiene algo de líquidos, o quiere bajar un par de kilos, que aquellos que están diez kilos por encima de su peso.

Si estáis entre este segundo grupo, el momento es ahora. Esperar al verano es posponer algo que, realmente no queréis emprender.

Sin embargo, empezar ahora, os demostrará a vosotros mismos el interés y la determinación que tenéis para conseguir vuestros objetivos.

No hace falta decir que, por lo general, las dietas milagro y las prisas, nunca son buenas, y si tratáis de perder en un mes lo que habéis acumulado en todo el año, habréis tomado un camino que no os conduce a ninguna parte

Sin embargo, estos seis meses son suficientes para lucir la figura que siempre habéis querido. Y también para todos aquellos que quieran afinar algo más su tono muscular.

El plan

Para empezar el primer mes deberíais tomarlo como tiempo de transición. Nunca debéis realizar cambios bruscos.

Un buen comienzo sería eliminar todo aquello que os proporcione grasas como la bollería industrial.

En segundo lugar, cambiad la ingesta de hidratos a las primeras horas del día o hasta mediodía, y dejad las proteínas para la tarde y noche.

Introducid un buen programa de cardio. Éste debe basarse en ejercicios de baja intensidad y prolongados en el tiempo.

Hay que mentalizarse que el proceso de quemar grasa comienza, a partir de los 20 minutos de empezar la actividad cardiovascular.

Los siguientes meses, tienen que ser el núcleo de la dieta y por tanto, donde más esfuerzo hay que hacer.

Las grasas deben desaparecer y los hidratos quedan para la mañana y una cantidad reducida en la comida.

Además, la actividad cardiovascular, deberá pasar a primera hora de la mañana antes del desayuno.

Como elemento indispensable, está el beber agua, entre litro y medio y dos diarios. El agua ayudará a eliminar, toda la adiposidad que se os acumula.

El último mes, aunque resulte extraño, hay que nivelar la alimentación, aumentado levemente la carga de hidratos de nuevo, pero ingiriéndolos entre la mañana y mediodía.

Si se siguen los pasos aquí relatados, el objetivo de mantener un buen físico, dejará de ser un sueño.