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En los últimos años los trastornos alimentarios han aumentado enormemente trayendo graves problemas de salud a quienes los padecen.

Tanto el sobrepeso como la delgadez extrema son enfermedades que requieren de tratamiento.

En el caso de las personas que sufren de una delgadez extrema la repercusión que ésta puede tener sobre el organismo es menor que la que causa el sobrepeso, a pesar que esto no significa que se trate de un estado de salud inofensivo, muy por el contrario,  puede también ser la razón  de enfermedades graves.

Síntomas como fatiga, debilidad permanente, sensación constante de frío muestran que el organismo se encuentra débil.

Por otra parte, cuando la delgadez extrema es de origen hormonal puede provocar irritabilidad, hiperactividad, hipertiroidismo y un gran estado nervioso.

En cambio si se trata de un problema digestivo o nutricional se mostrarán síntomas como alteraciones constantes del aparato digestivo que se traducirán en vómitos y diarrea.

A su vez, la delgadez extrema en muchos casos tiene un origen psíquico, como es el caso de la anorexia que produce alteraciones tanto bioquímicas como hormonales, dando como resultado problemas de personalidad y de nutrición.

Ya el problema de la obesidad puede cobrar la vida de personas que han tratado por medio de dietas, medicamentos, ejercicio y otra gran variedad de métodos bajar de peso sin lograrlo.

Básicamente la obesidad puede tratarse y llegar a buenos resultado,  pero es imprescindible en primer lugar tomar consciencia que deben cambiarse los hábitos alimentarios de lo contrario,  ningún tratamiento dará un resultado a largo plazo, algo que por otra parte produce una gran decepción en el paciente que ve perdido su esfuerzo en vano.

Tanto las personas que padecen de extrema delgadez como aquellas en las que la obesidad se ha instalado necesitan de un apoyo individual que les ayude a abordar sus miedos y todos los temas referentes a su enfermedad. Ese conocimiento les dará las herramientas necesarias para comprender que es lo que les ocurre y actuar en consecuencia.

Las terapias de grupo o ciertos medicamentos pueden también ayudar a atravesar los momentos más difíciles de un tratamiento destinado a la curación de cualquiera de las dos enfermedades.

Ninguna persona se encuentra ajena a sufrir alguna de estas dolencias, problemas graves que deben hacernos tomar consciencia y comenzar a cuidar mejor del tipo de alimentación y realizar cambios radicales en muchos aspectos de nuestros hábitos de vida.