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Cuando nos lavamos el pelo, después solemos cepillarlo, y nos gustaría que durase el máximo de tiempo posible. Solemos aplicar acondicionadores y productos contra la humedad, pero cuando tenemos un pelo graso, el brushing no termina de funcionar. Si después de varios días, tras el lavado, las raíces se vuelven pegajosas y grasientas, el pelo termina por perder todo su volumen.

Tratar un pelo graso

Tener un pelo graso puede ser una auténtica pesadilla. Si lo lavamos con mucha frecuencia es verdad que podemos tener un pelo limpio, pero enseguida la grasa vuelve a aparecer, y el pelo se convierte en el centro de nuestras preocupaciones, aunque siempre hay soluciones para todo. La forma que tenemos de lavar el pelo lo puede dañar y hacer que la grasa aparezca más rápido. Hoy vamos a dar algunos consejos y productos naturales que se pueden utilizar para mantener el pelo limpio el mayor tiempo posible.

La mejor forma de lavar el pelo cuando tenemos exceso de grasa es no lavarlo, o por lo menos, lavarlo lo menos posible. Cuanto más lavamos el pelo, mayor cantidad de sebo produce el cuero cabelludo para limitar la sequedad de las raíces. Por tanto, entramos en un círculo vicioso del que es difícil salir. Si el pelo empieza a volverse graso, no hay que lavarlo enseguida, más vale esperar algunos días para dilatar la aplicación del champú. Por supuesto, un pelo graso no es nada estético. Podemos camuflarlo con un peinado utilizando un moño o unas trenzas.

Melena

El primer reflejo cuando tenemos el pelo graso es comprar un champú para pelo grasiento. Sin embargo, estos productos contienen productos agresivos para el cuero cabelludo y producen el mismo efecto decapante que los champús que se utilizan con mucha frecuencia. Los champús para cabello graso son los más eficaces cuando se alternan con un champú suave o para cabello normal.

Algunos acondicionadores pueden engrasar el pelo de forma más rápida. Cuando se utiliza un acondicionador, solo conviene aplicarlo sobre las puntas del pelo. Otros productos para el peinado como los que sirven para desenredar el pelo o los protectores térmicos facilitan la producción de grasa capilar. Lo ideal es no abusar, y siempre evitar aplicarlos sobre las raíces.

Consejos para lavar el pelo grasiento

Conviene lavar el pelo con agua templada, si el agua está muy caliente, estimula la producción de sebo, mientras que con agua templada, o incluso fría, las escamas del pelo se cierran produciendo mayor brillo, y ralentizando la producción de sebo.

Cuando se enjuaga el pelo, debemos aplicar varias cucharadas soperas de vinagre en una taza de agua, y enjuagar el pelo con este producto natural. El vinagre es bueno por sus virtudes purificadoras. Además de purificar el cuero cabelludo, aporta brillo y limita la aparición de caspa.

Debemos optar por un champú a base de arcilla verde que sirve para purificar el cuero cabelludo, suaviza el pelo, y regula la producción de sebo.

También podemos poner algunas gotas de limón en el agua del enjuagado, ya que el limón sanea el cuero cabelludo y ralentiza la producción de sebo. Algunos champús combinan arcilla verde con limón.

Debemos lavar el pelo sin frotar de forma exagerada las raíces, puesto que cuando se frota con fuerza el cuero cabelludo, se estimulan las glándulas sebáceas, lo que puede aumentar la secreción de grasa.

Un truco que funciona siempre es cambiar con frecuencia la funda de las almohadas. La suciedad presente en la funda termina pegándose al pelo. Del mismo modo debemos evitar jugar con el pelo y tocarlo con frecuencia. La grasa presente en los dedos se transfiere al cabello.

El cepillado del pelo solo debe realizarse antes de peinarse o de salir. El roce del peine o del cepillo sobre el cuero cabelludo estimula las glándulas sebáceas. De igual manera, a la hora de elegir un peinado, lo ideal es llevar el pelo hacia atrás. Si el pelo está en contacto con el rostro, que también produce sebo, el problema del cabello graso seguirá estando presente.

Los trucos más prácticos y eficaces

Una técnica que hoy en día se utiliza mucho por parte de los expertos es lo que llamamos el “reverse shampoo”, es decir el “champú invertido”. Esta técnica consiste en empezar aplicando el acondicionador sobre todo el cabello, y dejarlo reposar para después enjuagar todo con un champú para eliminar los residuos del suavizante.

Igualmente la tintura a base de henna es muy eficaz para controlar el problema del caballo graso, puesto que la henna absorbe la grasa del cuero cabelludo, dejando un pelo limpio y saneado.

Si no se soporta un pelo grasiento, podemos utilizar un champú seco para espaciar la aplicación del champú lo máximo posible.

Al igual que ocurre con el rostro, la sobreproducción de sebo en el pelo puede tener un origen hormonal. Sería interesante investigar en esta dirección antes de darse por vencidos si los métodos que hoy hemos presentado no terminan de funcionar.