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La primera regla que debemos conocer para bien peinarse es la de disponer de buenos instrumentos de trabajo. Solemos tener la mala costumbre de no acordar ninguna importancia a esta cuestión, y es algo que no debemos dejar de lado. Cada tipo de pelo debe disponer de su propio peine. Los cabellos largos requieren un cepillo plano y ancho, de cerdas o de pelo de jabalí.

Por el contrario, los cabellos cortos requieren un cepillo más pequeño, pero también plano. Cabe destacar que para desenredar el pelo debemos ayudarnos de un peine de dientes largos, para evitar que el cuero cabelludo se desprenda.

Para cabellos rizados o con bucles, se requiere prestar mayor atención, puesto que este tipo de cabello es bastante frágil. Lo ideal sería peinarlo con los dedos, y de esta mujer luciendo coletaforma deshacer los rizos.

Si el resultado no os gusta del todo, podéis elegir un peine especial para bucles. Normalmente suele ser redondo, pequeño, y fabricado con madera aceitosa. Su especificidad reside en el hecho de que sus dientes han sido concebidos para deshacer los nudos más rebeldes.

Algunos trucos para peinarse

A veces, se aconseja utilizar productos específicos para mantener el peinado en su sitio. La única preocupación es la de utilizar estos últimos con mesura. Entre la laca, el gel, la espuma, es difícil decantarse. En cualquier caso, conviene saber que el gel es idealmente utilizado para cabellos cortos.

Las lacas sirven para mantener los peinados a base de un brushing, y los moños, mientras que las espumas ayudan a dar volumen a los bucles más rebeldes.

Si sólo disponéis de unos minutos para peinaros, la mejor solución es decantarse por un corte fácil de peinar. Para ello, debéis confiar y poneros en manos de vuestro peluquero.

Si la idea de cortaros el pelo no os entusiasma, entonces podéis optar por un corte fácil y rápido de peinar, sin saliros de las tendencias de moda del momento en peluquería. Normalmente podéis elegir entre una trenza despeinada, un moño, o una sencilla cola de caballo.