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Luego de realizar una dieta para bajar de peso y haber alcanzado el objetivo deseado, entramos en un estado como de «relax» que nuestro cerebro percibe y comenzamos nuevamente con los viejos hábitos alimentarios, comiendo fuera de horario, alimentos que poseen muchas calorías y dejando la actividad física de lado. El resultado, obviamente es que recuperamos el peso perdido y en ocasiones hasta algunos kilos más.

Este tipo de episodio puede repetirse una y otra vez y es el llamado “efecto rebote” con el agravante que el cuerpo comienza a acostumbrarse y las dietas cada vez tienen un efecto menos exitoso.

Por ello, una manera acertada de no volver a recobrar el peso perdido además de estar saludable es adoptar hábitos que nos permitan hacer una vida normal sin estar constantemente a dieta y sobre todo eliminar de nuestra vida las dietas restrictivas.

Dentro de los nuevos hábitos que podemos adoptar se encuentran:

  • Servir porciones moderadas de alimentos y si es posible no comer todo aquello que hemos servido.
  • Realizar como mínimo 5 o 6 comidas al día y en cada una de ellas comer poca cantidad de alimentos. El cuerpo no debe permanecer más de 3 horas sin alimento, de esta forma el metabolismo se activa y se queman más grasas.
  • Jamás dejar de tomar el desayuno. Fundamental como primera comida después de haber estado en ayunas durante muchas horas, el desayuno es el encargado de dar energía al organismo para iniciar la jornada y evita que a media mañana comencemos a comer alimentos con gran cantidad de calorías.
  • Al ir a comer fuera de casa, lo ideal es siempre elegir aquellos platos más livianos y no comidas con demasiadas salsas, grasas o frituras. Como postre ensalada de frutas o un helado cumple perfectamente la función de un postre sabroso y con pocas calorías.
  • El beber un vaso de agua antes de las comidas y durante ellas llena el estómago y produce sensación de saciedad.
  • Beber abundante líquido durante el día de preferencia agua o zumos naturales.
  • Retomar la actividad física eligiendo algo que realmente sea gratificante, puede ser un deporte como tenis, natación o ejercicios en un gimnasio o simplemente caminar a diario.

Cuando se comienzan a ganar algunos kilos puede hacerse una dieta equilibrada para bajarlos y no retomar los viejos hábitos alimenticios descontrolados.

Estas modificaciones en nuestro estilo de vida nos permitirán mantenernos en forma y sentir bien física y anímicamente.