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La fangoterapia, un tratamiento milenario que consiste en la aplicación sobre la piel limpia y seca una mezcla de diferentes tipos de barros que ayudan no solo a mejorar la piel sino sino también a tratar algunos problemas de salud.

Un tratamiento antiguo, la fangoterapia es una alternativa natural utilizada por los egipcios que la aplicaban en forma de cataplasmas de barro para combatir dolores musculares e inflamaciones y aunque la técnica se ha ido purificando a través del paso de los siglos la base sigue siendo la misma, o sea cubrir la zona de piel a tratar con fangos y esperar unos minutos a que haga su efecto cuando se seca, retirándola solo con agua.

tratamientos con fango y barroLa fangoterapia tiene propiedades purificantes, remineralizantes, estimulantes y también calmantes, dependiendo siempre del tipo de barro utilizado para realizar el tratamiento pues el contenido mineral que posee la tierra varía de un lugar a otro.

A pesar que este tipo de tratamiento abarca otros realizados también con tierra, es necesario diferencia entre fangos y barros, ya que los primeros son los que se extraen de los fondos del mar, lagos o manantiales, en tanto que los barros provienen directamente de la tierra. Por ello, los fangos son más ricos en oligoelementos y tan apreciados para el tratamiento de algunas afecciones y también como eficaz tratamiento estético.

La arcilla es el barro más común utilizado para la fangoterapia existiendo diferentes variedades, algunos con más minerales y otros con propiedades purificadoras como la arcilla verde, mientras que la amarilla, rosa, roja, gris y la blanca tienen iguales cualidades siendo que la blanca puede ingerirse por sus propiedades para atenuar los problemas digestivos.

Estas arcillas se se extraen de las capas profundas de la tierra y tras un proceso de filtrado y secado debe ser hidratada nuevamente con agua mineral para utilizarse aplicándola en la zona a tratar con la ayuda de un pincel o simplemente con las manos. También existen tratamientos en los que se añade a la arcilla algún aceite esencial o agua minera específica transformando muchos tratamientos en personalizados.

Ya en el caso de los fangos, que se extraen del fondo de los mares, lagos o pantanos conservan por sí solos toda la riqueza y humedad de ese hábitat, existiendo algunos institutos cerca de las fuentes naturales que los aplican de forma directa.

El fango también ofrece diferentes tipos, en el caso de los fangos marinos se destacan por ser ricos en minerales y algas, siendo ideales para tratamientos de drenaje, activación de la circulación sanguínea y tratamiento de la celulitis.

En el caso de los fangos que proceden de pantanos, lagos o ríos poseen una gran carga de azufre y algunos ácidos siendo recomendables para tratar las lesiones musculares gracias a sus efectos sedantes. Por último, los fangos de las zonas volcánicas tienen propiedades magníficas para tratamientos estéticos por ser ricos en oligoelementos.