Todo el mundo puede fabricarse en casa una crema 100% natural para las uñas, mezclando una patata, dos hojas de col, y dos o tres cucharadas de harina de avena. Se aplica la crema sobre las uñas, varias veces si fuera necesario. Para las uñas frágiles que se rompen, basta con introducirlas en agua caliente con sal con el fin de fortalecerlas.

El zumo de limón también es muy eficaz y permite blanquear las uñas. El pulidor es también un buen aliado, y se debe utilizar preferentemente con aceite. Para las cutículas, basta con frotarlas con un poco de cremas después de haberlas ablandado en agua tibia y jabonosa. Una alimentación rica en vitamina B es muy aconsejable: cereales, levadura de cerveza, trigo, almendras, nueces, pescado y mariscos.

Para no dañar las uñas

No nos cansaremos de repetirlo: no os comáis las uñas. En efecto, terminan por romperse. Para las limas, más vale usar las de cartón para no dañar la queratina. Lo ideal es comenzar a limarlas por los lados hacia el centro, respetando siempre el mismo sentido.

ConsejosPara el esmalte, lo mejor es aplicar primero una base como primera capa; el uso de un esmalte endurecedor también se aconseja de vez en cuando. Para los disolventes, se aconseja elegir los que no contienen acetona, para que las uñas no se sequen. A la hora de realizar la limpieza de la casa, conviene llevar puestos unos guantes, puesto que algunos productos de limpieza pueden agredir las uñas.

Innoxa, por ejemplo, presenta un aceite regenerador que se aplica a base de masajes sobre las uñas. Este producto es muy eficaz para rehidratar las uñas y las cutículas. El gel Agnes B también es un excelente producto para ayudar al crecimiento de las cutículas.

Con una serie de gestos muy sencillos, y algunos caseros, es fácil mantener unas uñas en perfecto estado, sanas y fuertes. En los comercios se pueden encontrar productos específicos a precios asequibles que conviene aplicar con cierta frecuencia para mantener siempre unas uñas impecables.