El maquillaje es un elemento primordial del estilo, no existe un look perfecto sin maquillaje. Pero el ejercicio no es fácil. En función de la edad y de cada ocasión, el maquillaje debe variar. Con la edad el rostro va cambiando, pierde elasticidad, aparecen las arrugas, las mejillas se ahuecan, etcétera. Así es la vida, el rostro de una mujer de 50, 60, y más allá marca su experiencia de vida, sus sufrimientos, y esto es precisamente lo que hace que sea alguien diferente y especial.

Hoy vamos a ver algunos consejos prácticos y sencillos para poder volver a descubrir toda la belleza de la mujer. Se trata de conseguir un maquillaje chic y natural adaptado a cada edad, y con cierto toque de modernidad.

El cuidado de la piel

Se pueden comprar los mejores cosméticos del mundo, pero si la piel no está bien mantenida ni preparada, el maquillaje no estará conseguido. Para optimizar el maquillaje, es necesario cuidar la piel. Ningún maquillaje se mantiene sobre una piel demasiado grasa, demasiado seca, o que se descama.

Maquillaje

Una tez sin defectos

El maquillaje de la piel es primordial, es mucho más importante que el de los ojos. Si se tiene una piel impecable, un toque de máscara, algo de barra de labios, pueden ser más que suficientes.

El objetivo es unificar e iluminar la tez, cubrir las ojeras y las imperfecciones, y ofrecer un rostro saludable. Y además a través de un efecto natural y transparente.

Unas cejas naturales

Las cejas son muy importantes en un rostro, puesto que comunica las expresiones. Estas deben siempre estar naturales. Hoy la moda está en llevar unas cejas gruesas y pobladas. Ya pasó el tiempo de la depilación excesiva de las cejas. La idea está en diseñar la línea natural de la ceja y hacerla más gruesa, puesto que con la edad pierde densidad e intensidad. Unas cejas naturales, bien depiladas y cuidadas, es un plus extraordinario en una mirada madura.

Una mirada brillante

El maquillaje de los ojos se vuelve complicado con la edad, los párpados se caen, las pestañas se aclaran, y la sensibilidad se acentúa. Con 30 años nos podemos permitir sobre los párpados cualquier tipo de maquillaje que apliquemos. A partir de los 50, la cosa cambia. Esta vez se trata de aplicar un maquillaje natural, moderno, y que valga para cualquier ocasión.

Una boca natural

Una vez más, el tiempo es el peor enemigo. Los labios se afinan, y también se arrugan. Pero para cada problema existe siempre una solución. Por tanto se trata de aprender a volver a diseñar los labios y realzarlos para que parezcan más pulposos y carnosos.

El maquillaje es un arma de rejuvenecimiento. Un maquillaje fresco, ligero y bien adaptado permite atenuar los signos del tiempo y destacar los rasgos más sobresalientes de la cara. Pero cuidado, un buen maquillaje debe estar siempre bien dosificado.

El antojeras, el corrector y el iluminador

El antiojeras es una etapa obligatoria para dar un aire más fresco y más joven. En efecto, con la edad, las bolsas de debajo de los ojos se acentúan y las ojeras se vuelven azuladas. Si se tienen bolsas debajo de los ojos, conviene utilizar los consejos de la abuela para desinflamarlas a través de hielo, cucharilla fría, pepino, patata, etcétera. La idea está en descongestionar al máximo para ofrecer una mirada fresca.

En este caso se trata de aplicar un antiojeras fluido, que además sea hidratante, porque con la edad, la piel de debajo de los ojos se vuelve más fina y frágil. Lo ideal es aplicar un tono más claro que el resto de la piel del rostro, y aplicarlo con la ayuda de un pincel especial.

Para una aplicación perfecta, se deben superponer finas capas sucesivas que habrá que extender cuidadosamente en vez de utilizar una capa gruesa que siempre da un aspecto mucho más artificial.

El corrector también debe ser fluido y sobre todo mate. Se puede utilizar el antiojeras como corrector. Con ayuda de un pincel muy fino, se aplica una pequeña cantidad de cosméticos sobre la imperfección que se va a corregir, y luego se dan pequeños golpecitos con el dedo.

El iluminador sirve para dar luz a las zonas oscuras del rostro. Normalmente hay que aplicarlo por pequeños toques en lugares estratégicos, puesto que aviva el brillo del rostro para un efecto saludable inmediato.

En la esquina interna del ojo y sobre el arco de las cejas en la extremidad del ojo obtenemos una mirada mayor y definimos correctamente la línea de las cejas.

Por debajo de las aletas nasales y en el hueco por debajo del labio inferior, justo por encima del mentón, el efecto es sorprendente cuando se aplica el iluminador.

También se puede poner un poco de iluminador en la zona de los pómulos, justo por encima del blush. En todos estos casos conviene aplicar el iluminador con ayuda de un pincel o extendiendo bien el cosmético con la yema de los dedos.