Las bebidas con gas azucaradas contribuyen al exceso ponderal y a la obesidad. Beber una lata de soda clásica al día puede hacer que se aumenten 400 gramos al mes. Una lata de 33 cl contiene hasta 13 cucharadas de café de azúcar en forma de jarabe de maíz con alto contenido en fructosa. Varios estudios han demostrado que este jarabe de maíz pone en marcha la hormona del hambre que hace que se consuman más alimentos de los que el cuerpo necesita.

Los investigadores de Harvard han encontrado recientemente una relación entre las bebidas con gas azucaradas y la obesidad. El estudio ha demostrado que los adolescentes de 12 años que beben sodas eran más susceptibles de ser obesos que los que no la beben. Por cada porción consumida de soda a diario, el riesgo de obesidad aumenta 1,6 veces.

Los investigadores del Centro de Ciencias Sanitarias de la universidad de Texas presentaron los resultados de su estudio en la reunión de la Asociación americana contra la Diabetes en 2011, en respuesta a un estudio realizado sobre personas mayores en un período de 10 Bebida de colaaños. Los científicos demostraron que cualquier consumo de soda light estaba vinculado a un aumento de la talla de la cintura en un 70 % al cabo de 10 años (con relación a los que no la bebían). Aquellos que bebían 2 sodas light al día aumentaban en un 150 % el volumen de su cintura. Así pues el argumento «beber del light para no engordar» no es cierto.

Una lata de Coca-cola clásica (139 calorías) necesita 30 minutos de marcha a paso moderado para ser quemada. En cuanto a la soda light, definitivamente no ayuda a controlar el peso.

Depósitos de grasa en el cuerpo

En el marco de un estudio danés publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition en febrero de 2012, los investigadores siguieron a un grupo de personas obesas y con un exceso ponderal durante 6 meses. Estas personas bebían o 1 litro de soda al día.

Los científicos descubrieron que el grupo que consumía bebidas con gas azucaradas acababa por tener una cantidad superior de grasa en el hígado y en los músculos que el resto de personas que no lo hacían. Este tipo de grasa es mala porque puede llevar a una enfermedad cardíaca más adelante.

Diabetes de tipo 2

Todo lo que favorece el aumento de peso aumenta el riesgo de diabetes. La cantidad enorme de azúcar presente en cada lata clásica provoca que se alcance un pico glicémico y provoca una reacción de insulina en el organismo. Con el tiempo, esto puede desencadenar una diabetes y una resistencia a la insulina.

Beber soda contribuye no sólo a hacer aumenten de peso los consumidores, sino que también interfiere con la capacidad del cuerpo para tratar el azúcar.

Ciertos científicos sospechan que esto explica en parte por qué el número total de diabéticos de tipo 2 en el mundo ha pasado de 30 millones en 1990 a 382 millones en 2013 (el 8,4 % de la población mundial es diabética).