Hoy os presentamos una serie de consejos para perder las curvas tan poco estéticas que afean vuestra silueta. Basta con seguir esta serie de trucos interesante para mantener durante todo el año un vientre plano.

Primera etapa

Para empezar, conviene cocinar de forma razonable y sana. Se trata pues de comer verduras cocidas, acompañadas de féculas. De esta forma se evitan los picoteos y la mezcla facilita la digestión. Se debe priorizar el queso antes que los dulces. Si vuestra alimentación tiene demasiado azúcar, la producción de insulina se embala y favorece el almacenamiento directo en el vientre.

Finalmente, si no conseguís privaros de los platos azucarados, podéis comer algo, pero siempre al final de la comida. La producción de insulina será menos violenta. Conviene saber que con las mismas calorías, una repostería es peor que un trozo de queso con pan para mantener la línea. Los grandes clásicos siguen siendo válidos: evitar comer chicle, Perder-pesosodas, comer tranquilamente y con horario regular.

Segunda etapa

Después están las fibras, necesarias para evitar el estreñimiento. Se deben consumir entre 25 y 30 gramos al día para un correcto tránsito intestinal. Los tratamientos «probióticos» son reconocidos por su efecto beneficioso para la salud de la flora intestinal. Se suelen presentar en forma de cápsulas o de polvo, y aportan una solución al síndrome del intestino irritable. Vuestro tránsito funcionará a las mil maravillas, y acabaréis con los problemas de gases y de hinchazón.

Tercera etapa

Ahora comienza la tercera etapa: quemar, eliminar, y reafirmar todo. Reforzar los abdominales garantiza el buen funcionamiento de la columna vertebral, un mantenimiento de los órganos del abdomen y sobre todo os posibilitan tener una silueta más estilizada. Si necesitáis perder tejido graso, elegid un deporte de resistencia (bicicleta, carrera, etc.), al menos dos veces en semana durante 45 minutos. También podéis hacer series de abdominales, pero controlando la respiración.

Pero no intentéis hacer abdominales, con los pies sujetos debajo de la cama, y las manos por detrás de la cabeza para ayudaros a levantaros, puesto que perderéis el tiempo y no servirá para nada. Hay que hacerlo de forma seria, y además, cuando se trabajan los músculos, se nota.