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El trastorno afectivo estacional es un malestar anímico de carácter leve que sufren algunas personas con el cambio de estación, especialmente, a partir del cambio de hora cuando los días cortos, restan protagonismo a la luz natural. ¿Cuáles son los síntomas de esta tristeza que está acotada a este contexto en concreto? La persona que la sufre tiene el deseo de estar tranquila en casa, deja en un segundo plano las actividades sociales, se siente menos receptiva para quedar.

Además, esta tristeza también produce tedio y apatía para seguir el ritmo cotidiano. Esto ocurre porque la persona se siente con un tono menos vital. Conviene puntualizar que este tipo de tristeza afecta más a las mujeres que a los hombres. El deseo de dormir es otra de las necesidades emocionales de quien se siente en esta etapa.

Generalmente, muchos de estos síntomas se reducen cuando el afectado ya ha superado el proceso de adaptación necesario para interiorizar el ritmo de la nueva estación. En cualquier caso, si el malestar interfiere de tal modo que limita la capacidad de concentración del paciente para continuar con su ritmo de trabajo o si se siente apático y decaído, es recomendable que consulte con su médico de cabecera.

Trastorno afectivo estacional: ¿Qué es y cómo prevenirlo?

Además del aumento de sueño también es posible experimentar más apetito. Tendencia al aislamiento social, pudiendo mostrar un cambio de conducta que el entorno no comprende. Esto hace que el afectado se sienta cada vez más solo. Y esta soledad afecta todavía más al ánimo. Si el maestar se prolonga durante un tiempo superior a dos semanas, es recomendable pedir ayuda médica.

Este tipo de trastorno puede verse agravado por situaciones concretas como el estrés, la muerte de un ser querido, un desamor o el desempleo.

Cómo cuidarte en el trastorno afectivo estacional

1. Los días son más cortos durante el otoño y el invierno. Por esta razón, es muy importante que aproveches las horas de luz natural para caminar y hacer recados. Corre las persianas de tu casa para que entre la luz.

2. Para prevenir la pereza de hacer ejercicio físico, puedes adoptar la medida proactiva de apuntarte a un curso de una actividad física. De este modo, estableces un compromiso con tu rutina deportiva.

3. Intenta acostarte antes de las 11 y media de la noche. El rato que duermes antes de las doce de la noche, tiene una mayor calidad.

4. No te culpes por sentirte así. Simplemente, trata de comprender que los seres humanos somos vulnerables ante circunstancias externas. Te animo a concentrar tu atención en todo lo positivo que tiene el otoño, por ejemplo, el plan de pasar tiempo en casa es mucho más estimulante ahora que en verano.

5. Durante el fin de semana, intenta programar paseos por la naturaleza, disfruta del aire puro de las zonas verdes que durante el otoño ofrecen unos colores que invitan a la nostalgia de los recuerdos. Este contacto con el campo y los caminos rodeados de árboles, es un alimento para la mente.

6. Tú eres tu principal agente de bienestar. El cambio nace de ti. Por esta razon, es recomendable que concretes una agenda de otoño en la que haya un equilibrio real entre vida personal y tiempo de trabajo.

También puedes apuntarte a un taller de mindfulness para fomentar la toma de conciencia del ahora.