La caspa formada en el cuero cabelludo, bien sea grasa o seca, es molesta, provoca picores desagradables, en función del grado de intensidad, y no es nada estética.

Pero, además de todo esto, la caspa fragiliza el cuero cabelludo, reduce la protección capilar natural y debilita el cabello, haciéndolo mucho más vulnerable. Son muchos los factores que pueden estar en el origen de este problema: la transpiración, la exposición al humo del tabaco, los champús no adaptados a nuestro cuero cabelludo, el desequilibrio hormonal, el entorno agresivo, la higiene, el estrés, el cansancio, y otros tantos más.

De igual modo, es bueno saber que la caspa es muy contagiosa. Pero, por suerte, este problema también puede ser erradicado. Basta simplemente con llevar un estilo de vida sano, una higiene de vida en la alimentación, y especialmente en los cuidados capilares. Pero, antes de nada, es preferible detectar la fuente del problema, que someterse a ningún tipo de tratamiento.

La caspa está formada por células muertas que no se eliminan. Los científicos han afirmado la existencia de un hongo que acelera la renovación de las células del cabello, dando menos tiempo a la eliminación de las células muertas. El primer reflejo a adoptar es el desinfectar y limpiar los instrumentos de los que nos servimos para peinar el cabello.

El cepillo no debería tener púas sintéticas, sino naturales. La acción de cepillar el pelo ayuda a eliminar la caspa. Sin embargo, se debe evitar agredir el cabello. Pero esto no es suficiente, por eso se debe aplicar un tratamiento anticaspa eficaz. Este tratamiento debe contener antiproliferantes, y antifúngicos, y un antibacteriano.

Una solución posible es a base de productos naturales: Existen compuestos a base de diente de ajo, de aceite de oliva, vinagre blanco, aceites esenciales, plantas asépticas, vinagre de sidra, leche de burra, o jabón de alepo, que podrían servir como mascarilla anticaspa. La forma de aplicación es a base de masajes sobre el cuero cabelludo, en gestos circulares, continuos, y regulares, como preventivo eficaz para la aparición de la caspa.