Las vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos que componen el aceite de oliva protegen nuestro organismo del colesterol malo. De hecho, el aceite de oliva ayuda a la protección de nuestro organismos de los riesgos cardiovasculares y previene a los consumidores de diversas enfermedades, como el cáncer, la hipertensión arterial o la diabetes.

Estos mismos ácidos grasos que componen el aceite de oliva tiene la virtud de ralentizar el envejecimiento cutáneo. Además, proporcionan la hidratación necesaria para la protección y el fortalecimiento, tanto de la piel como de las uñas y del cabello. El oleocantal proporciona al aceite de oliva unas virtudes analgésicas que hacen de ella un excelente antiinflamatorio. En cuanto al ácido oleico, también presente en el aceite de oliva, disminuye la sensación de hambre.

El uso del aceite de oliva

El aceite de oliva se utiliza en gastronomía en muchos países mediterráneos. También sirve para la fabricación de productos de belleza, como jabones o cremas. Asociado a otros aceites esenciales, favorece el fortalecimiento y la protección del pelo y de las uñas. Además, tomar una cucharada de aceite con agua antes o después de haber ingerido alcohol ayuda a evitar la resaca. Una cucharada de aceite antes de acostarse

Mujer al sol
Mujer al sol

es muy eficaz para prevenir las toses nocturnas.

Una cucharada de este producto es muy útil en el marco de un régimen de adelgazamiento, en la medida en que cortará las ganas de estar picoteando entre comidas. Y si lo que buscáis es una buena crema hidratante, o para calmar una quemadura superficial, el aceite de oliva sobre la piel es muy beneficioso. Si estáis embarazada o si estáis amamantando a vuestro bebé, se aconseja su uso para prevenir o atenuar las estrías.

Veamos una receta muy sencilla y que ayudará a mantener una piel firme y suave. Para preparar un producto exfoliante, mezclar aceite de oliva con azúcar. Aplicar la mezcla sobre la piel del cuerpo. Esta mezcla es eficaz para suavizar los labios o eliminar los restos de grasa en las manos después de fregar los platos de la comida.