La gimnasia facial

Nuestro rostro está compuesto de cincuenta músculos, entre los cuales sólo un número limitado está solicitado regularmente por la mímica habitual. La gimnasia facial consiste en acrecentar el volumen y el tono de las fibras musculares de la cara.

También tiene como función la de estimular la circulación subcutánea. A razón de 5 a 10 minutos de ejercicios al día, la gimnasia facial permite conservar una piel más firme y un óvalo facial más definido.

¿Cuándo empezar con la gimnasia facial?

A partir de los 20 años, para distanciar la aparición de las primeras arrugas. Los músculos jóvenes son muy elásticos, y serán los que más se beneficien de estos ejercicios cotidianos. Si no, a comienzo de los treinta, cuando los músculos comienzan a relajarse. También a los 40, lo 50 y los 60… porque nunca es tarde para ponerse a ello.

Contraindicación

La sola contraindicación concierne a las personas que suelen aplicarse inyecciones de botox (porque esta toxina tiene por efecto paralizar los músculos faciales).

Resultados

Como en todo ejercicio físico, existe un período de puesta en marcha. Los primeros resultados se observan después de algunos meses (2 meses por lo general). Pero, desde los primeros días, se siente una relajación real. A medio plazo, el rostro se tonifica, la expresión se despierta, y el aspecto es mucho más juvenil.

El consejo de un dermatólogo

Tras un diagnóstico de vuestra piel, el dermatólogo os propondrá los ejercicios más adaptados para prevenir o corregir un defecto muscular (relajamiento de los tejidos, contracción de las cejas, doble mentón, etc.). Todo esto con el fin de corregir un problema preciso: aumentar el volumen de los labios, mejorar el óvalo de la cara, remontar los pómulos…