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Ejercitarse antes o después del desayuno es una pregunta que muchas veces nos hemos hecho. Pero, antes de responderla será necesario poner en claro hacia dónde está orientado nuestro entrenamiento.

Si lo que queremos es comenzar con una nueva rutina de ejercicios para mantener un programa de condicionamiento físico orientado al trabajo muscular específicamente, entonces podemos y hasta debemos desayunar antes de comenzar con los ejercicios para obtener el ingreso de energía que dará sustento a nuestro esfuerzo.

Ejercitarse antes o después del desayunoAhora,  si nuestro objetivo es eliminar exceso de grasa corporal, buscando una reducción de peso o una mayor definición muscular, podemos apelar al recurso de ejercitarnos en ayunas o solo habiendo ingerido una taza de café con edulcorante.

¿Y cuál es el fundamento de esta diferencia?

Ocurre que el organismo incorpora energía o calorías a través, primero de la degradación de azúcares simples o monosacáridos. Cuando estos se han agotado, pasa a hacerlo desde los hidratos de carbono o azúcares de estructura más compleja, que son los polisacáridos y por último el cuerpo extrae sus recursos energéticos de las grasas a través de un proceso llamado lipólisis y por medio del glucógeno muscular, hormona natural del organismo que degrada la estructura adiposa.

Por este motivo,  cuando desayunamos e incorporamos el azúcar faltante en la circulación sanguínea por la falta de ingestión durante el sueño, estaremos reponiendo ese déficit y el cuerpo no se verá forzado a utilizar las grasas para obtener la energía.

En cambio,  si no le ofrecemos a nuestro cuerpo esa oportunidad de alimentarse antes del entrenamiento, lo estaremos forzando a que busque su abastecimiento energético en las estructuras más complejas, que son las grasas.

De cualquier manera, en el caso de optar por este recurso, solo se aconseja el ayuno pre-entrenamiento, cuando se trata de un trabajo aeróbico, estando totalmente contraindicado, si se piensa entrenar con carga.

Podemos hacer 40 minutos de bicicleta fija o correr en la cinta y también una rutina de 20 minutos de escalada mecánica.

Es lógico que sentiremos el esfuerzo en nuestras piernas que provocará el  característico «dolor» muscular y muy probablemente la liberación de ácido láctico con algún calambre, que rápidamente pasará al ingerir alguna bebida isotónica azucarada.

Por lo dicho,  ejercitarse antes o después del desayuno dependerá del objetivo princial que tengamos en mente lograr, sin olvidad que ya sea antes o una vez terminado el entrenamiento el desayuno es imprescindible para comenzar la  jornada.