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La fibromialgia es una enfermedad compleja hasta cierto punto impeditiva que, sin embargo, puede ser aliviada mediante un adecuado programa de ejercicios.

Además, de los ejercicios convencionales, también se pueden practicar otro tipo de disciplinas que complementen los beneficios de los ejercicios para la fibromialgia.

Se han estudiado diversos programas de ejercicios aeróbicos tanto en tierra como en agua, de fuerza, de elasticidad, flexibilidad, combinaciones de estos y recientemente ejercicios de movimiento como el chi qung, taichi y yoga.

Por ejemplo, realizar tres veces por semana Pilatesfibromialgia mejora de forma considerable el dolor y el impacto funcional; al igual que practicar dos veces por semana la marcha nórdica, que aumenta la capacidad funcional sin modificar el nivel de dolor.

El gran problema es el mantenimiento de esta mejoría, ya que la adherencia al ejercicio en los pacientes con fibromialgia es relativamente baja por creer que después del ejercicio se encuentran más doloridos y cansados.

Según algunas investigaciones al respecto, el entrenamiento con ejercicios de resistencia de dos a tres veces por semana y durante doce semanas puede ayudar a reducir de manera importante el dolor.

Los puntos más sensibles e incluso la depresión, lo que en general se traduce en una mejora visible del bienestar general.

Por otra parte, la intensidad del entrenamiento con ejercicios aeróbicos también tiene efectos beneficiosos y reduce el dolor, pero debe incrementarse paulataminamente hasta llegar a un nivel normal o moderado.

Si al realizar los ejercicios, los pacientes fibromiálgicos perciben un empeoramiento de los síntomas, deben rebajar la intensidad hasta que éstos se aminoren.

Este tipo de ejercicios se deben realizar durante al menos 20 minutos una vez al día.

En cualquier caso, lo más importante es tener en cuenta que esta enfermedad no debe obligarnos a permanecer parados, sino todo lo contrario.

La actividad regular nos permitirá llevar una mayor calidad de vida y asimilar mucho mejor la desdicha de padecer esta enfermedad.

No obstante, cualquier programa de ejercicios o entrenamiento, sería interesante que fuera supervisada por un médico especialista en la materia, a fin de asegurarnos de lo apropiado del entrenamiento.