Con 45 años, una mujer tiene que decidir entre la gama de cuidados antiedad y los productos antiarrugas, para difuminar los signos del paso del tiempo. Es importante pensar en tratar los signos del envejecimiento: las manchas, las patas de gallo, los pliegues de expresión, etcétera. Las mujeres maduras necesitan cuidados para la piel del rostro tanto para el día, para hidratar y proteger la piel, y cuidados de noche para nutrir y regenerar la barrera hidrolipídica.

Cuidados de noche y de día

El serum es una etapa que no es obligatoria antes de los 40 años. Después, se recomienda su aplicación para reforzar la acción de la crema. Basta con aplicar algunas gotas, para que penetre bien en la epidermis.

Por el día, el serum cuida de la epidermis. Se aplica debajo de un cuidado antiedad o antiarrugas fluido y sin grasa. La finalidad es la de hidratar, tonificar y estimular la reestructuración de la epidermis, cuya producción de colágeno baja por razón del envejecimiento.

El serum de noche puede tener una acción tonificante y revitalizante. Se trata de un producto que mantiene el ritmo de la piel y le ayuda a regenerarse. La crema de noche es un cuidado rico, con principios activos. Por la mañana la piel está más flexible, firme y con mayor vitalidad. Su limpieza debe ser ligera con una simple loción, para no eliminar la capa superior.

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El cuidado de los ojos

Los ojos suelen ser los primeros afectados por el envejecimiento. Existen cinco mecanismos de envejecimiento del contorno de los ojos: las ojeras, las arrugas, las bolsas, la grasa acumulada, y la relajación de la piel. El contorno de los ojos es una zona frágil, cuya piel fina debe recibir la aplicación de productos adaptados. Si son demasiado ricos o inapropiados, pueden provocar una hinchazón o incluso un eczema.

En el momento de desmaquillar la piel, es importante no frotar demasiado para no crear una irritación ocular. Una loción bifásica, con una fase aceitosa y una fase acuosa, permite eliminar todos los restos de maquillaje. Si se tienen los ojos hinchados, se pueden aplicar bolsitas de té sacadas de la nevera o una loción calmante para los ojos.

El cuidado del contorno de los ojos se aplica desde la esquina interna a la esquina externa del ojo, a base de golpecitos ligeros para que el producto penetre correctamente. Unas ligeras presiones permiten estimular la circulación sanguínea por debajo del ojo. La acumulación de sangre suele ser el origen de las ojeras y de las bolsas.

La elección de la crema para el rostro

Escoger el cuidado adecuado para el rostro puede ser a veces problemático, puesto que existen muchos parámetros diferentes que conviene tener en cuenta. En primer lugar, debemos reflexionar sobre el tipo de cuidados que debemos aplicar.

Una piel calificada de normal es una piel perfectamente hidratada, un poco grasa, pero no demasiado, más bien lisa y fina con los poros sin obstruir.

La piel seca se reconoce fácilmente. Se trata de una piel que sufre tirantez, y que se ve sometida a enrojecimientos y tiene tendencia a pelarse.

Otro tipo de piel reconocible a primera vista es la piel grasienta. Es muy sencillo, tiene tendencia a brillar y a secretar demasiado sebo.

Por supuesto, entre estos tres tipos de perfil extremos se encuentran muchas pieles que comparten algunas ventajas y algunos inconvenientes. Si podemos determinar con precisión qué tipo de piel tenemos, podemos decantarnos por el cuidado perfecto para cada mujer.

Un dermatólogo es el especialista mejor indicado para analizar la morfología concreta de la piel de la cara. A partir de aquí, la elección del mejor producto para el cuidado diario, tanto de día como de noche, se convierte en una tarea mucho más sencilla.