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Es sabido que las modelos, para mantener un trabajo constante en las pasarelas generalmente sufren la exigencia de estar sumamente delgadas, muchas de ellas llegando a estar en un estado poco saludable.

Inclusive, la mayoría de ellas se someten a sacrificios sobrehumanos por conservar una silueta casi irreal.

Sin embargo, esto no es lo que le sucede a la modelo Crystal Renn ya que ella debe mantenerse “gordita” o de lo contrario no podrá seguir desfilando.

El caso de Crystal es contrario al de casi la totalidad de las modelos actuales, ella siente que la presionan sobremanera para que se mantenga en su talla 44, caso contrario la prensa especializada y sobre todo los diseñadores de moda dejarán de tenerla en cuenta y por consiguiente no será más contratada, algo totalmente extraño sabiendo como es la realidad en relación al peso de las modelos.

Crystal tiene sólo 22 años y una historia bastante común para las chicas que trabajan en el mundo de la moda y que a la vez ilustra su “drama”.

Cuando comenzó a desfilar ella vivía obsesionada con su cuerpo y hacía lo indecible por verse delgada, a punto tal que padeció anorexia, de la cual se recuperó luego de un largo tratamiento.

En ese momento de su vida y habiendo recuperado su salud y también su buen censo se hizo a sí misma una promesa que consistía en desfilar con su cuerpo talla 44 y sus generosas curvas.

Esta historia de fuerza de voluntad y de superación de un problema grave como es la anorexia, hizo que los grandes y famosos diseñadores adoraran su figura más exuberante.

Desde entonces ha desfilado para famosos como Marc Jacobs, Jean Paul Gaultier o Karl Lagerfeld, siendo también la imagen de Jimmy Choo en esta temporada y apareciendo constantemente en los editoriales de la conocida revista de moda Voge.

En una entrevista realizada hace pocos días, Crystal contó muy acongojada que el hecho de haber bajado 2 tallas le ha representado la presión por parte de sus contratantes a que vuelva a engordar y a tener el cuerpo que poseía hace unos años atrás.

En la actualidad la modelo lleva una talla 40 y ha dejado atrás la 44 que los diseñadores adoraban recibiendo todo tipo de críticas por lo ocurrido, con comentarios tales como que ha vuelto a padecer anorexia, rumores que le han hecho mucho daño a nivel emocional.

Al final, una se pregunta: ¿Qué es lo que realmente quieren los famosos diseñadores de modas, modelos esqueléticas y enfermas o mujeres normales con curvas que las hacen parecer más reales a todas las mujeres? Pues sólo el tiempo dirá hacia donde va toda esta locura por el cuerpo “perfecto” si es que tal cosa existe en realidad…

por tener que adelgazar. Ahora tiene una saludable talla 40 (en vez de una 44) y las críticas son de lo más desalmadas: Que si se ha vendido al sistema, que si vuelve a ser anoréxica… La pobre modelo lo está llevando fatal.