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Se calcula que entre un 5% y un 7% de los niños padece un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), lo que conlleva síntomas como una excesiva impaciencia, inquietud, hiperactividad, distracciones, dificultad de concentración o impulsividad, entre otros. Sin embargo, existen muchos más síntomas desconocidos ligados al tratamiento y a la medicación suministrada a los niños con TDAH.

De hecho, el adecuado crecimiento de niños afectados por el TDAH puede verse perjudicado debido a la supresión del apetito y los consecuentes patrones de desnutrición, que dan como resultado una talla por debajo del percentil 3 de los estándares poblaciones, entre otros efectos secundarios.

Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

Medicación para tratar el TDAH y sus efectos adversos en el crecimiento

Los niños y adolescentes con TDAH presentan frecuentemente estilos alimenticios inadecuados, con disfuncionalidades varias como la inapetencia, el rechazo a distintos grupos de alimentos y fobias alimenticias. Según expertos, estas disfuncionalidades están causadas en gran parte por el consumo de fármacos psicoestimulantes recetados para el tratamiento del TDAH.

Varios estudios apuntan hacia los fármacos (Rubifén, Concerta, Retalin o Stratera) como causantes de un efecto directo en la supresión del apetito de los niños, pudiendo afectar a su peso y estatura. Aunque hay que tener también en cuenta que los mismos estudios se preguntan si son los medicamentos los verdaderos causantes de los problemas de crecimiento, o son la falta de apetito y las carencias nutricionales relacionadas los que inciden directamente en la desnutrición, así como en el peso y estaturas por debajo de los estándares poblaciones.

Algunos estudios también han vinculado una disminución de la talla de hasta 3 cm. con los posibles efectos de la medicación en la hormona del crecimiento (Gh) mediante una interacción bioquímica debido a la dopamina, que causaría una disminución de la hormona del crecimiento.

Sin embargo, en los casos en los que existe una gravedad considerable debido a la disminución de peso y talla de los niños con deficiencias en la hormona de crecimiento, el pediatra y el endocrinólogo serán los encargados de valorar la retirada del tratamiento farmacológico.

Para contrarrestar estos posibles efectos de los fármacos en el crecimiento y desarrollo físico del niño, los profesionales médicos optan por intervenir sobre los hábitos alimenticios de los más pequeños, mediante estrategias que incluyen el diseño de dietas nutricionales equilibradas, la adecuada planificación de las comidas o el aumento de la motivación e interés del niño.

Estas acciones pueden ser especialmente efectivas si se hacen partícipes a los niños a la hora de comprar y preparar la comida, así como explicarles los beneficios de algunos grupos de alimentos y los efectos perjudiciales de otros.