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La vuelta al trabajo puede producir cierto nivel de estrés en el trabajador que realiza un esfuerzo notable para adaptarse de nuevo a la rutina profesional. Al salir de la zona de confort y experimentar un cambio de ritmo tan notable en la agenda, se produce cierta incomodidad emocional. Sin embargo, los síntomas del síndrome postvacacional tienden a desaparecer en un plazo máximo de una semana.

La sensación de apatía, la tristeza por la vuelta a la rutina, la sensación de cansancio generalizado, los cambios de humor, las dificultades para mantener la concentración en la oficina son algunos de los síntomas que experimenta una persona que sufre síndrome postvacacional. ¿Cómo adaptarte en positivo a tu vuelta al trabajo?

1. Las vacaciones del próximo verano están lejos, sin embargo, el próximo fin de semana está cerca. Puedes organizar un plan especial para el próximo sábado con el objetivo de mantener tu motivación de programar una actividad divertida con la que disfrutar del mes de septiembre.

2. Consulta la oferta de actividades de los centros de ocio de tu ciudad con el objetivo de apuntarte a alguna actividad de ocio que te permita desarrollar algunas de tus inquietudes. Además, al participar en un curso de ocio también tendrás la posibilidad de conocer gente nueva.

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3. Si la causa del malestar emocional que se produce al regreso al trabajo es que el profesional no se siente realizado en su actual puesto de empleo, conviene elaborar un plan de acción para reforzar la búsqueda activa de empleo conciliando el actual trabajo con la rutina propia de encontrar otro empleo. Este plan B permite alimentar la motivación a aquel que adopta una actitud proactiva para no quedarse estancado en una situación que le disgusta.

4. Uno de los síntomas de la vuelta a la normalidad es que muchas personas no se separan de su agenda. Sin embargo, es muy importante ser flexible con la agenda, utilizarla como una hoja de ruta pero manteniendo la flexibilidad de improvisar en ciertos momentos. Cada noche consulta la agenda del día siguiente para visualizar el orden de tareas.

5. La rutina puede ser agotadora, por esta razón, incrementa la creatividad para romper la monotonía a través de pequeños detalles. Por ejemplo, modifica tu itinerario habitual para volver desde el trabajo a casa. No renuncies a algunos de tus placeres de verano durante el otoño. Por ejemplo, si te encanta la lectura puedes dedicar cada día veinte minutos para practicar esta afición. Un cuarto de hora o veinte minutos puede parecer poco tiempo, sin embargo, si se aprovecha es sinónimo de felicidad durante esos espacios breves de lectura.

6. Visualiza en positivo los objetivos de trabajo que te gustaría alcanzar en esta nueva etapa que comienzas a partir de septiembre.