Vuestra tripa empieza a crecer y vuestro hijo está intrigado, y se pone celoso ante la idea de ver que va a ser desplazado por un hermanito o una hermanita. Veamos una serie de consejos para explicarle el feliz acontecimiento.

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Lo ideal es esperar al tercer mes de embarazo para hablarle de la llegada de un bebé a la familia. En las palabras que empleéis, utilizad términos sencillos, y adoptad un ton feliz y alegre. La frase «pronto vas a tener un hermanito» es más que suficiente.

niño junto a madre embarazadaExplicadle cuándo va a nacer el bebé y cuánto tiempo va a tener que esperar. Tomad las precauciones necesarias diciendo que nada es seguro de momento… En el caso de que el embarazo se interrumpa por causas naturales, el niño sufrirá menos y no se sentirá culpable, si en el fondo no estaba dispuesto a tener un competidor en la familia.

La edad más difícil

Entre los 2 y 5 años, el niño reacciona generalmente bastante mal con la llegada de un hermanito. La cosa se explica bien puesto que está en pleno período de Edipo. Por lo tanto es absolutamente lógico que esté celoso hacia quien pretende «robarle» el amor hacia sus padres. Por lo tanto se le debe tranquilizar durante el tiempo que dure el embarazo. Demostradle que lo queréis tanto como antes, a través de pequeños gestos cotidianos, sin caer nunca en el chantaje afectivo.

Una decisión personal

No consultéis demasiado a vuestro hijo antes del nacimiento. No le hagáis creer que es un regalo que llega para él, y que por consiguiente, puede tener cierta influencia sobre la sexualidad de sus padres.

El niño no debe creer que puede impedir ese nacimiento. Si piensa que tiene cierta influencia sobre el bebé, se puede imaginar que tiene todos los derechos sobre él; y eso no es muy sano de cara a la futura relación de hermanos.

No culpabilizar

Imponer otro hermano a vuestro hijo mayor no tiene nada de cruel. Estáis agrandando la familia y por lo tanto se está multiplicando el afecto de quiénes lo van a recibir. No creáis que no podéis querer a los dos al mismo tiempo. El amor paternal tiene un poder infinito, y de esto os daréis cuenta enseguida.