• Autor de la entrada:
  • Tiempo de lectura:6 minutos de lectura

La piel es el órgano más extenso del cuerpo y el que está sujeto a la mayor exposición frente a agentes perjudiciales. El envejecimiento de la piel comienza a hacerse visible a partir de los 30 años aproximadamente, y no es algo que se pueda evitar, pues es un proceso natural. Sin embargo, sí se le puede poner freno con hábitos saludables.

Cuidados de la piel

Estas rutinas incluyen un cuidado con pautas de belleza para las que no hay que acudir a productos cosméticos o reparadores, y también con hábitos externos de belleza, lo que lleva a echar mano de estas soluciones citadas.

En el caso de las pautas de belleza internas, la triada de rutinas imprescindible pasa por ejercicio físico moderado de manera periódica, descanso reparador y alimentación saludable y ordenada.

En este último punto hay que prestar especial atención, en la dieta, pues la ingesta correcta de nutrientes ayuda en gran medida a que la piel se mantenga firme, hidratada y luminosa. En algún caso, incluso se puede reforzar la nutrición con complementos alimenticios ricos en vitaminas A, B y C, pero entendiendo que esos suplementos son un añadido a la dieta equilibrada.

¿Cómo mejorar la piel con productos cosméticos?

Junto con las pautas internas de belleza, otras que tienen mucho poder son las externas, que son las que hacen referencia al cuidado de la piel y el rostro con producto cosméticos de calidad. En este sentido, todas las personas, tanto hombres como mujeres, deben interesarse por formulaciones testadas y procedentes de firmas  que sean garantía de eficacia probada.

Un ejemplo son los cosméticos de Alissi Bronte, que cuenta con un amplio catálogo de soluciones reparadoras, antienvejecimiento e hidratadoras tanto para el rostro como para el resto del cuerpo.

La lista de productos de higiene y cuidado cutáneo va desde las cremas hidratantes hasta los sérums pasando por el agua micelar, los protectores solares o los productos exfoliantes, entre otros. Lo ideal en todo caso pasa por interiorizar una rutina completa de protección, que pasa por cuidados diarios, semanales y otros con frecuencia más extendida en el tiempo.

¿Cómo debe ser una buena rutina de belleza a partir de cosméticos nutritivos y reparadores?

Si vamos a los productos de uso diario, el primer paso es completar la limpieza facial antes de acostarse y al levantarse. El resto del cuerpo no necesita tanta atención como el cutis, pero más adelante veremos también cómo actuar con la piel de esas zonas.

La limpieza diaria se realiza con agua micelar, pues es un producto que ayuda a eliminar los restos de maquillaje, el sudor, los agentes contaminantes y las motas de polvo que impiden que la piel respire. Tras este producto llega el momento de la hidratación a partir de cremas reparadoras.

Aquí ya se une el uso de una crema facial corporal. Lo habitual es contar con un producto para la cara y otra para el resto del cuerpo, pero en caso de ausencia, la crema facial corporal también puede ser útil en el rostro.

Muchas personas optan por aplicarse sérum antes de la crema hidratante. Este producto es un producto cosmético más potente, pues tiene mayor concentración de principios activos. Su formulación está pensada para que los nutrientes penetren más profundamente. Si vas a usar sérum, lo mejor es que contenga antioxidantes, vitamina C y E.

Antes de salir de casa, para finalizar con la rutina diaria, es importante protegerse los labios con un bálsamo reparador, aplicar un producto específico para el contorno de ojos y no olvidar el fotoprotector solar.

De manera más prolongada en el tiempo, en torno a una vez a la semana, conviene realizar una exfoliación suave para eliminar impurezas. Para finalizar, cada dos o tres meses es aconsejable realizar un tratamiento profesional para mantener la piel más revitalizada.

¿Qué cosméticos hay que usar de noche?

Si piensas que tu piel va a conseguir un buen aspecto únicamente protegiéndola cada mañana, estás errando en tu predicción. Antes de ir a la cama es imprescindible volver a lavar la cara con aceites limpiadores.

A esto hay que acompañar la misma rutina que al inicio del día, prestando especial atención al contorno de ojos y el sérum. Para finalizar, completarás el cuidado con una buena crema hidratante de noche, que es más nutritiva. Para el cuerpo sí puedes utilizar una crema corporal genérica.