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El embarazo es una experiencia realmente conmovedora e increible. Sin embargo, conlleva una serie de cambios físicos en la madre que luego hay que superar.

Muchas madres aprovechan el embarazo para dar rienda suelta a su pasión por la buena mesa y esconder los resultados tras la tripa de embarazada.

Pero una vez que se ha dado a luz, ya nada se puede esconder y toca perder todos esos kilos de más que no pertenecían al feto.

embarazo

Para todas ellas, aquí va dedicado este artículo a los hábitos alimenticios y la pérdida de peso tras el embarazo.

POSTPARTO

Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse del embarazo y el parto. Espera hasta el control posparto de la sexta semana antes de comenzar a cuidar tu consumo de calorías y de tratar activamente de adelgazar.

Empezar a hacer dieta demasiado pronto después de dar a luz puede interferir con tu recuperación y ocasionarte un mayor cansancio, justamente cuando tú necesitas toda la energía que puedas para cuidar de tu recién nacido.

Si eres paciente y le das a tu cuerpo el tiempo que necesita para recuperarse, posiblemente termines sorprendiéndote por la cantidad de peso que irás perdiendo naturalmente, en especial si estás dando el pecho.

No al optimismo, Sí al realismo

Ten en cuenta que quizás no recuperes la forma o el peso que tenías antes del embarazo.

El embarazo puede producir cambios permanentes, como por ejemplo un vientre más blando, y caderas y cintura más anchas.

No hay que pensarlo demasiado: es mucho más importante que seas una madre  orgullosa y feliz, que te quede bien la ropa

Hacer ejercicio regularmente

No existe una receta mágica que te ayude a bajar de peso: una dieta saludable combinada con actividad física practicada de forma regular, es la mejor manera de quitarte esos kilos de más, y de no volver a engordar.

Una vez que estés preparada para comenzar a bajar de peso, empieza por comer un poco menos y estar más activa, aunque sólo des un paseo rápido por la calle donde vives llevando a tu bebé en el carrito.

No te saltes comidas

Tras la llegada del bebé, seguramente estarás tan ocupada que a veces no tendrás tiempo ni para comer.

Sin embargo, saltarse comidas no es nada bueno ya que puede afectar tu nivel de energía, además de que eso no te ayudará a perder peso.

La mejor solución es hacer seis pequeñas comidas (la mitad de un sándwich o un bocadillo pequeño, fruta o un vaso de leche) al día y varios aperitivos saludables, las mantiene satisfechas y les funciona mejor con su nuevo horario.

En definitiva, se trata de recuperar los hábitos normales de cualquier persona antes del embarazo, sin obsesionarse demasiado.