El régimen paleolítico parte del principio que nuestro organismo no está adaptado a la alimentación actual. Habría que acercarse más a la alimentación de nuestros ancestros del Paleolítico, aumentando los aportes en proteínas y en verduras, equlibrando nuestros aportes en grasa en beneficio de los Omega 3, para una mejor relación Omega 3-Omega 6, y reduciendo los glúcidos, puesto que las únicas fuentes en la prehistoria eran las frutas y algunas raíces y tubérculos. Igualmente hace falta limitar los cereales, los productos lácteos, los productos transformados y la sal, ausentes en su alimentación.

Los grandes principios de base del régimen paleolítico

Comer suficiente proteínas, carnes magras, huevos, pescados y mariscos. Limitar los glúcidos, no más de 30 a 50 gramos al día para moderar la producción de insulina y quemar las grasas acumuladas en el organismo. De hecho basta con suprimir los glúcidos refinados. Comer frutas y verduras a voluntad sin almidón. Conviene comer variado y con colores diferentes para un buen aporte en antioxidantes. Escoger las buenas fuentes de lípidos, esencialmente los oleaginosos, así como los aceites vegetales que se extraen de estos frutos.

Tomates frescos

El menú típico de una jornada

El desayuno: un té verde bio o una tisana de tomillo, verbena y menta, 2 frutas frescas como una manzana y una pera, un huevo duro y una rodaja de jamón.

La comida: 100 gramos de verduras crudas + 200 gramos de carne o de pescado + 250 gramos de verduras cocidas, fruta fresca o una compota sin azúcar añadido.

Merienda: 2 ó 3 frutos secos, 10 nueces, avellanas o almendras.

Cena: una sopa o una ensalada de verduras, 100 gramos de carne o pescado, o un huevo con verdura cocida, fruta fresca o cocida.

Los resultados del régimen paleolítico

Se puede perder hasta un kilo a la semana, esencialmente de grasas, pero no de músculo gracias al aporte en proteínas. Sin embargo, la pérdida de peso no sería el primer efecto visible de este régimen, que además de restablecer el equilibrio ácido-base del organismo, permite también reducir los riesgos cardiovasculares y prevenir ciertas enfermedades como la diabetes o la hipertensión.

Las precauciones que se deben tomar

Cuidado con el régimen paleolítico que se centra en muchas proteínas, ya que puede provocar problemas renales significativos. A la inversa, aporta poco productos lácteos y puede conllevar una carencia en vitamina D. Igualmente, el poco aporte en cereales conlleva una falta de fibras solubles, con lo cual suele haber problemas de tránsito intestinal. Siempre conviene pedir la opinión médica para acompañar eventualmente a este régimen con un suplemento vitamínico.

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A largo plazo, mejor es adoptar una interpretación menos estricta, introduciendo por ejemplo un poco de cereales y productos lácteos. Adoptar uno o dos comidas clásicas a la semana, donde se autoriza excepcionalmente la ingesta de productos prohibidos, ya que ayuda igualmente a mantener este régimen haciéndolo menos monótono.