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Según la Organización Mundial de la Salud el 70% de la población en países industrializados padecerá problemas de espalda en algún momento de sus vidas, entre estas patologías, el dolor lumbar es la afección más común de discapacidad desde que comenzaron estos registros en 1990. Por lo tanto, el dolor de lumbalgia se ha convertido en una molestia característica de los países desarrollados y en la mayoría de los casos su aparición tiene dos factores en común: el sedentarismo y el tiempo que dedicamos a estar sentados.

lumbalgia

Lumbalgia, causas más comunes

El dolor de lumbalgia afecta a las últimas vértebras de la espalda, concretamente a las lumbares y el sacro, pero sus molestias pueden irradiarse hasta los dedos del pie, de las manos y por supuesto el resto de la espalda o las ingles. De esta manera no hablamos únicamente de una zona dolorida, sino que puede extenderse prácticamente a todo el cuerpo debido a las múltiples estructuras musculares, nerviosas y óseas que se agrupan en la columna vertebral, siendo la zona lumbar la que más peso sostiene, y por lo tanto, una de las más vulnerables.

Más allá de las afecciones de lumbalgia que tienen un origen genético, infeccioso o son síntoma de la edad. El sedentarismo y los malos hábitos en nuestras rutinas pueden provocar una alteración en alguna de estas estructuras, así nos encontramos con causas como:

  • Distensión muscular o de los ligamentos, causados por un sobreesfuerzo o un movimiento brusco que puede producir su estiramiento y provocar desgarros microscópicos.
  • Hernia discal, aunque puede ser causada por la edad e incluso los deportistas pueden padecerla, también es característica en aquellas personas que pasan largos periodos sentados o de pie. Se debe a una degeneración de las almohadillas gelatinosas (discos) que se encuentran entre las vértebras y terminan presionando los nervios de la zona o comprimiendo un área de la médula.

¿Cuánto dura el dolor lumbar?

Por lo general la duración depende de qué está provocando el dolor y qué zona es la afectada, por lo tanto podemos hablar desde horas hasta molestias crónicas para toda la vida.

Lo normal es que ante una lesión lumbar leve y debido a las características de esa parte del cuerpo, la recuperación pueda ser lenta llegando a tener dolor hasta seis semanas. Un seguimiento médico nos ayudará a valorar qué es lo que está afectado y qué hacer para acelerar la recuperación.

En el caso de que sintamos molestias más allá de los tres meses podemos encontrarnos ante un dolor crónico, así que será necesario realizar un estudio completo, por ejemplo con radiografías o resonancias magnéticas, para encontrar el punto exacto de la lesión y aplicar un tratamiento más específico.

Cómo aliviar el lumbago

Tanto si las molestias lumbares proceden de un accidente como si se trata de dolencias crónicas, podemos aliviar el dolor de espalda baja evitando o al menos reduciendo en la medida de lo posible las situaciones que puede originar o agravar el malestar. Así veremos una mejoría si tenemos una postura correcta a la hora de sentarnos, al coger objetos pesados de manera adecuada o prescindimos de zapatos muy planos o con mucho tacón.

Aunque parezca contradictorio, mantenerse activo es otro de los factores claves para sentir menos dolor, ya que a mayor fortalecimiento de los músculos y ligamentos mejor reaccionará nuestro organismo ante el dolor. Por lo tanto, las prácticas más recomendadas son el pilates, yoga, natación o aquagym.

Por último, evitar los colchones blandos, alternar el frío y el calor en la zona afectada, así como una visita al fisioterapeuta puede aliviar considerablemente las molestias.

¿Qué hacer para no volver tener lumbalgia?

Dentro de las medidas preventivas para no sufrir de nuevo los dolores en la zona lumbar, el ejercicio físico es la pieza clave e incluso unos simples estiramientos centrados en la zona de la espalda y los glúteos pueden ayudarnos considerablemente a mitigar futuras lesiones.

La higiene postural también es un factor básico junto con una silla que se adapte a la posición natural de la espalda. En el caso de que pasemos mucho tiempo de pie, intentar repartir el peso de todo el cuerpo en ambos lados.

El sobrepeso también puede favorecer a que suframos de nuevo de lumbalgia, ya que obligamos a la espalda a soportar más carga y si además pasamos la mayor parte del día sentados, la zona baja de la espalda es la que más se resiente.

Dejando a un lado las enfermedades genéticas o infecciones que pueden provocarnos un dolor de lumbalgia, si es causada por un sobreesfuerzo o el desgaste de los discos vertebrales su prevención y la mejora del malestar es posible con un estilo de vida saludable y buscando los ejercicios adecuados para nuestro nivel de dolor.