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Tras haber descubierto la técnica del strobing que consiste en dar luz al rostro con el corrector, y la técnica del contouring que tiene como principio jugar con las sombras, hoy presentamos una nueva forma de transformar el rostro.

Se trata de un nuevo método, el del baking, más discreto pero con tan buenos resultados como los anteriores.

El nombre del procedimiento hace referencia a la “cocción”, lo que puede parecer bastante extraño, pero una vez conocido, probablemente sucumbiréis por los buenos resultados que se obtienen. Sin duda alguna es el gran éxito de las redes sociales, y se ha convertido rápidamente en la técnica más utilizadas para tener una piel perfecta, camuflar las ojeras, reducir las imperfecciones, y destacar la mirada.

Diferentes etapas del baking

El principio consiste en dejar el polvo traslucido sobre el rostro durante 10 minutos. De esta forma será posible fijar la base del maquillaje, el antiojeras y el corrector. Esta estrategia permite resaltar los rasgos para un acabado impecable y superior.

Basta con colocar el antiojeras en polvo sobre el rostro en gran cantidad durante varios minutos para que el calor corporal “cueza” y absorba mejor los pigmentos.

Maquillaje

Para alisar la piel y reafirmarla al máximo, se utiliza primeramente una crema hidratante. Esto permite difuminar las ojeras y reabsorber las bolsas de debajo delos ojos. Se aplica con el anular bajo los ojos y sobre los párpados. Hay que esperar 5 minutos antes de pasar a la siguiente etapa.

Llega el momento del maquillaje con un primer corrector que cubra bastante. Con ayuda de los dedos, se aplica el corrector sobre las ojeras hasta la mitad de las mejillas, subiendo hacia arriba de los pómulos para un efecto lifting 100% natural.

Una vez esto realizado, se toma una esponja de maquillaje y se extiende ligeramente para que el corrector se confunda sutilmente con el tono de la piel. Se utiliza la punta del blender para repartir lo justo por debajo de los ojos.

Tercera y cuarta etapas

En la tercera etapa se utiliza un segundo corrector líquido en stick tras 5 minutos de espera. Hay que poner muy poca cantidad y justo por debajo de las ojeras con la ayuda de un pincel de tamaño intermedio. Para que el producto se reparta de forma óptima, se vuelve a tomar la esponja y se extiende delicadamente.

En la cuarta etapa se aplica un polvo fijador con ayuda de un pincel. No es necesario impregnarlo completamente. Basta con tomar la cantidad que habitualmente queda en la tapa de la caja. Después se extiende ligeramente en el lugar donde se puso el segundo corrector, es decir en las ojeras y debajo de las ojeras.

Se vuelve a retomar la esponja un poco impregnada con el primer corrector y se extiende sobre la zona del mentón, la nariz y la frente. Igualmente se puede aplicar sobre la parte inferior de las mejillas. De lo que se trata es de homogeneizar el conjunto.

El backing

Llega el momento del baking. Con una esponja de maquillaje de látex se vaporiza un poco de spray fijador por encima. Para que no quede demasiado húmedo, se sacude previamente la esponja sobre el dorso de la mano. Después se añade algo de polvo, sobre la parte húmeda de la esponja y se aplica esta mezcla correctora sobre las ojeras hasta la mitad de las mejillas, remontando hacia la parte superior de los pómulos. Después se deja reposar 10 minutos.

Mientras tanto se puede utilizar esta esponja empapada para hacer un poco de contouring y definir la mandíbula, dibujando un trazo recto en el hueco de la mejilla. Se vuelve a tomar algo de polvo y se hace igualmente lo mismo en la famosa zona T.

Para acabar todo el proceso se vuelve a tomar el pincel y polvo matificador. El pincel se pasa por el polvo y se sacude para retirar el extra. Al mismo tiempo que la piel se matifica, el corrector se difumina fácilmente gracias a un ligero movimiento del pincel.