La obesidad mundial muestra un número de casos mucho más alto entre las mujeres que entre los hombres, es decir hay dos veces más casos de obesidad femenina que de obesidad masculina. Las mujeres no solamente aumentan de peso más rápido, si no que tienen mayor dificultad para perderlo.

Actualmente, no se trata de forma distinta a hombres y mujeres, en caso de obesidad. Manifiestamente se trata de un error, porque la parte del cerebro que rige el uso de calorías no se comporta de la misma forma en función del sexo. En efecto, las hormonas llamadas POMC son responsables de la regulación del apetito, de la actividad física, del desgaste energético y del peso corporal.

Estas hormonas son un punto específico de los medicamentos que pretenden tratar la obesidad en los Estados Unidos, y que se utilizan hoy en día. Sin embargo, estos medicamentos para tratar la obesidad influyen en el apetito de los hombres y de las mujeres, salvo que en los hombres, y solamente en ellos, el desgaste energético y la actividad física también se ven positivamente influenciadas. Esto quiere decir que en las mujeres, el apetito se ve reducido, pero las POMC no tienen ningún efecto sobre los signos que modifican la actividad física y el desgaste energético.

La prueba está en que la diferencia de sexo juega un papel preponderante en la pérdida de peso en el plano de la actividad física y del desgaste energético. Para conseguir bajar de peso corporal en las mujeres, habría que encontrar un tratamiento específico que pudiese actuar sobre el cerebro femenino.

Mujer delgada

En todo caso, y a la espera de este medicamento, es el momento de felicitar a las mujeres que consiguen mantenerse delgadas o perder peso de forma duradera. Algunas marcas de complementos alimenticios lo han comprendido y están produciendo fórmulas que tratan las causas del aumento de peso en la mujer como es el estrés, la retención de líquidos, el apetito, las hormonas, los mecanismos de almacenamiento, etcétera.

El chitosán ayudaría a perder peso

Según un estudio indio, realizado en colaboración con un laboratorio belga, la ingesta de suplementos a base de chitosán en un tiempo de 90 días, tendría una incidencia sobre la pérdida de peso. En efecto, en un estudio se ha podido calcular que se pueden perder hasta 3 kilos en el grupo que tomaba chitosán frente al 0,3 kilos del grupo placebo.

No solamente esta pérdida de peso fue real, sino que además el índice de masa corporal se vio afectado, así como la tasa de glucosa en sangre.

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El chitosán es conocido por su acción sobre los lípidos. Podría ser que la reducción de la composición corporal, así como la reducción del peso pudiese estar provocada por la capacidad de absorción de las grasas por parte del chitosán. Los datos de los estudios clínicos sobre el chitosán, hasta ahora, eran contradictorios. Este último estudio realizado con 96 personas obesas o con sobrepeso, de la cual la mitad recibió un placebo y la otra mitad chitosán en una dosis de 500 miligramos, sin régimen alimenticio asociado, deja las cosas más claras.

Las conclusiones han mostrado una reducción del peso que va de 1,78 kg, a 3,10 kilos al cabo de 90 días. Una reducción significativa del índice de masa corporal también se constató en el grupo del chitosán con relación al grupo placebo, así como una mejora global de la composición corporal. La calidad de vida también se vio mejorada.

Recordemos que el chitosán es una fibra alimenticia procedente de fibras de crustáceos capaz de aliarse con las grasas y captarlas favoreciendo su eliminación de forma natural, antes de que sean absorbidas por el organismo, impidiendo por lo tanto su almacenamiento.