Decidir cuándo empezar la fase de secado es una decisión muy subjetiva y debe hacerse en función de cómo se siente cada uno. El espejo y la cintura deben ser los primeros puntos de referencia para saber si se debe comenzar una fase de secado o no. Pero cuidado, el secado no es algo fácil y el hecho de escoger o no comenzar con un régimen no es cuestión menor. Sin embargo, estos dos parámetros son índices muy interesantes que se deben tener en cuenta a la hora de tomar una decisión.

Sin embargo, en términos de puntos de vista objetivos sobre la cuestión, algunos sugieren cuando el nivel de grasa corporal alcanza el 15%. En cuanto deportistas que prestan atención a su salud y a su imagen, el régimen se vuelve imperativo. En resumen, conviene someterse a una fase de secado cuando se siente que se ha acumulado demasiada grasa corporal.

Diferencia entre secado y régimen

No se trata simplemente de perder peso, sino de escoger lo que se va a perder, y por tanto modificar la composición corporal, es decir conservar lo más posible de masa magra, masa muscular, y eliminar lo máximo posible de grasa.

Cuerpo atlético

El secado no es por tanto una pérdida de grasa simple para un público que no tiene un nivel muscular suficiente, puesto que al final el objetivo no está simplemente en ser normal, sino en estar seco, es decir que todos los músculos estén aparentemente separados, y si fuera posible estriados. Esto requiere por tanto una tasa de masa grasa más baja que la simple apariencia de estar delgado, tal y como la conocemos todos.

Esta es también una diferencia fundamental entre un simple régimen y una fase de secado. La fase de secado lleva el esfuerzo más lejos, y por tanto se debe perder mucha más grasa.

¿Qué tasa de masa grasa alcanzar al final del secado?

El nivel de masa grasa final no tiene ningún interés y es muy personal, cada deportista tiene un objetivo diferente. Además, siguiendo el reparto de la masa grasa sobre el cuerpo y la masa muscular, un mismo porcentaje de grasa no tiene el mismo resultado visual en todas las personas.

Por tanto es inútil comparar la tasa de masa grasa, ni siquiera conocerla, puesto que no sirve para nada. Solo el resultado del espejo es importante. Los cálculos y las cifras de este tipo no tienen ningún interés en musculación. La fase de secado se debe detener cuando se está contento con los resultados, sin preocuparse de la tasa de grasa.

El secado en las mujeres

La sabiduría popular pretende esencialmente que las mujeres deben pasar hambre y entregarse a largas sesiones cardiovasculares todos los días sin desplazar cargas. Esto es absolutamente falso.

La fórmula mágica para un físico estupendo en las mujeres es el mismo que en los hombres, es decir una dieta y un entrenamiento riguroso que combine entrenamiento de musculación intenso y cardiovascular para obtener un bajo porcentaje de grasa, siempre que contemos con una gran masa muscular previa.

Igualmente hay que prestar atención a la alimentación. Si la mujer se somete a un régimen, es posible que tenga problemas de tipo hormonal, o incluso una desaparición de las reglas.

Los programas de entrenamiento de secado en las mujeres

Una vez más, no hay diferencia mayor entre un secado para un hombre o para una mujer, únicamente las cantidades de comida se deben adaptar en función de la persona. Una mujer suele por lo general ser más delgada, y por tanto necesita menos calorías, tienes menos musculatura, y por tanto necesita menos proteínas.

Además, una mujer puede seguir perfectamente el mismo tipo de dieta y el mismo programa de entrenamiento que un hombre. Basta con adaptarlo de forma individual.