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Durante los meses de verano las altas temperaturas pueden causar algunos problemas en mujeres embarazadas tales como desgano o cansancio, sobre todo si se encuentra en el último trimestre de su gestación.

Para evitar estos problemas es necesario poner en práctica ciertos cuidados durante el verano y afrontar la temporada estival con mayor energía y vitalidad.

Tomar un desayuno energizante

Lo ideal para la embarazada es tomar un desayuno energizante incluyendo lácteos, cereales y alguna fruta fresca de estación. Reforzar esta primera comida del día es esencial para combatir la sensación de cansancio durante la jornada.

Mantenerse hidratada

Beber bastante agua es importante para hidratar el cuerpo pero también para evitar la retención de líquidos, algo muy común en las embarazadas durante el verano.

Tomar agua, zumos de frutas con frecuencia, incluso antes de sentir sed favorece la eliminación de toxinas acumuladas en el organismo, siendo bueno también para prevenir edemas. Lo ideal es consumir dos litros de agua diariamente.

Practicar actividad física moderada

La actividad física moderada es importante para la embarazada pues no solo ayuda a cargarse de energía sino también para mantenerse en forma.

Hacer caminatas o practicar yoga o natación, son prácticas ideales durante el verano, sobre todo la natación que permite aprovechar el agua fría de la piscina para aliviar la sensación de piernas cansadas y hacer algunos ejercicios relajantes.

Descansar

El descanso debe ser una prioridad durante el embarazo, pero durante el verano esto es aún más importante, pues las altas temperaturas acentúan la sensación de fatiga y cansancio.

Lo ideal es dormir con las piernas en alto y dedicar algunos minutos por día a realizar ejercicios de relax y meditación.
Consumir frutas

Las frutas frescas son un gran aliado de la dieta de las embarazadas, pues no solo son refrescantes sino que ayudan a mantener una buena hidratación.

Además, las frutas aportan vitaminas y minerales esenciales, siendo recomendadas las fresas, melocotón, melón y sandía pues quitan la sed, reponen sales minerales y ayudan al cuerpo a eliminar toxinas, aportando un buen porcentaje de vitamina C.

Usar ropa ligera

Durante el verano las mujeres embarazadas deben usar ropas ligeras y confortables de tejidos naturales que no se adhieran al cuerpo.

El calzado también debe resultar cómodo con un tacón medio que ayudará a evitar dolores de piernas y espalda.

Cuidar la piel

Los cambios hormonales durante el embarazo hacen que también se altere la piel que se vuelve más sensible, pudiendo aparecer manchas oscuras en especial en cuello y rostro.

Lo importante es no olvidar utilizar una buena crema hidratante con filtro solar y evitar las exposiciones al sol en las horas centrales del día.

Cuidar de las piernas y los pies

Piernas y pies hinchados es común durante el embarazo y por ello es aconsejable durante la noche descansar en un lugar fresco manteniendo los pies en alto con la ayuda de una almohada.

Descansar las horas suficientes es fundamental para evitar la hinchazón de piernas y pies, además de aplicar alguna crema o gel que ayude a refrescar y evitar los edemas tan comunes durante el embarazo.