El agua termal utilizada como bruma o en cuidados faciales, es considerada un activo completo, bueno para la piel. Los productos vendidos en farmacia con precios asequibles pueden ser extremadamente eficaces gracias al agua termal. Veamos las virtudes de los cuidados de la piel y de las aguas termales.

El agua termal

El agua termal es un agua que circula debajo de la tierra, en contacto con diversos tipos rocas, y surge a la superficie en forma de fuente termal, pero cargada de minerales y oligoelementos beneficiosos. Naturalmente puras, las aguas termales tienen una composición diferente, en función de los lugares por donde han pasado, y en función de las sales minerales que contienen: agua con bicarbonato, sulfatada, sulfurosa, o clorurada.

Sus virtudes

En cura termal, el agua se utiliza para dolores reumáticos, problemas digestivos, respiratorios, y también cutáfneos. En efecto, se puede beber y bañarse en ella (penetra por vía cutánea) y se higiene facialpuede aplicar sobre la piel de manera más específica, a través de cuidados tópicos, es decir en cremas. Sobre la piel, el agua termal tiene por efecto principal calmar las irritaciones y enrojecimientos, y tratar las pieles sensibles.

En función de las aguas (Vichy, La Roche Posay, Avène, Uriage, entre las más conocidas, pero también Jonzac y St Gervais Mont Blanc), pueden fortalecer la piel, reforzando sus defensas naturales y su tolerancia cutánea, y tener un efecto barrera gracias a los minerales como el selenio, que frena el estrés oxidativo y puede ser beneficioso sobre las afecciones de la piel: eccema, golpes de sol, irritaciones, cicatrizaciones, alergias… El agua termal se recomienda para pieles sensibles, atópicas e intolerantes.

Sus usos

En brumizador, antes de los cuidados habituales, o como loción después del desmaquillaje, o a través de cuidados específicos en función de la naturaleza de cada piel: serum, crema de día…