Nada indica de forma más clara que cuando se produce el paso de nivel de principiante a nivel intermedio, el deportista comienza a repartir el entrenamiento y adaptar su propio programa de musculación personalizado. Se terminaron las sesiones para trabajar todo el cuerpo. Conviene saber que para repartir las sesiones de forma perfecta, no basta con contentarse en escoger los grupos musculares que se prefieren trabajar.

El reparto tendrá que ser, no solamente equilibrado y centrado en los objetivos particulares, también tendrá que modificarse en función del seguimiento de las prioridades, evolucionando honestamente hacia los puntos fuertes y las debilidades. Conviene no olvidar que tan solo se dispone de un cierto capital de tiempo en energía para los entrenamientos de musculación. Si la estrategia está mal elaborada, estos recursos se malgastarán y al cabo de un tiempo notaréis que la progresión física no ha cambiado mucho. Por tanto, esto es lo que conviene saber para establecer o crear el reparto de sesiones que mejor se adaptan a cada persona.

Planificar la recuperación

A medida que se progresa, un esquema bastante regular va a dibujarse en materia de reparto general de las sesiones de musculación. Poco tiempo después de la primera sesión, visto que se van a añadir más series y ejercicios, se volverá imperativo continuar el entrenamiento para poder hacer frente al aumento de volumen de trabajo. Dicho esto, un reparto razonablemente concebido no se limita a establecer un plan destinado a trabajar cada grupo muscular con un gran volumen de entrenamiento, y luego dejar reposar mientras que se trabajan otros grupos musculares, durante los días siguientes.

Ejercicios de musculación

Basta con preguntar a cualquier bodybuilder experimentado que recomendará equilibrar cuidadosamente el entrenamiento, previendo igualmente el tiempo de descanso y de recuperación. Durante la estructuración del reparto, conviene saber que los días de descanso son tan importantes como los días de entrenamiento. Además, conviene garantizar la absorción suficiente de macro y micronutrientes a lo largo del día, y sobre todo tras un entrenamiento, para reconstruir las reservas de energía.

Variar la intensidad

Es evidente que el descanso es un componente fundamental de la construcción muscular, pero el entrenamiento no se ciñe a trabajar un grupo muscular diferente cada día, diciendo que los músculos no ejercitados un día determinado, se están recuperando. Si se realizan de forma sistemática sesiones a alto régimen, poco importa alternar los grupos musculares que se trabajan, el cansancio acumulado dañará la energía y reducirá por consiguiente el grado de desarrollo muscular que puede producirse.

Si no se considera el cansancio local del músculo y que no se tiene en cuenta la energía, es posible que surjan diferentes problemas. Es un error corriente que limita la progresión de los atletas en todos los deportes y a todos los niveles. Si bien es cierto que repartiendo las sesiones, se alternan los grupos musculares ejercitados, el uso de la fuente de glicógeno sigue siendo la misma.

Tras sesiones consecutivas, el deportista se entrena con un almacenamiento de glicógeno que ha sido vaciado, lo que limita no solamente las capacidades de entrenarse con dureza, sino también las posibilidades de implicar los recursos necesarios para el crecimiento muscular a lo largo de la recuperación muscular. En otros términos, si siempre se saca la energía de un depósito medio lleno, el cuerpo no podrá gastar carburante para desarrollar el tejido muscular cuyo mantenimiento reclamará cada vez más energía.

Cuando se haga balance del plan de entrenamiento actual, hay que tener en consideración el reparto muscular y la reconstrucción de las reservas energéticas de todo el cuerpo. Conviene variar la intensidad de las sesiones con el fin de estimular cada grupo muscular, lo más frecuente posible, y garantizar la reconstrucción de las reservas de glicógeno.