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La resiliencia muestra la capacidad de adaptación al cambio que tiene el ser humano al poder transformar experiencias difíciles en vivencias que traen consigo un aprendizaje cuando se analizan desde la búsqueda de sentido. Como explicó Victor Frankl las situaciones dolorosas se superan mejor cuando se busca un significado concreto a dicha vivencia. Potenciar la resiliencia es esencial para sumar salud emocional:

1. Tener una red de relaciones personales es muy importante para potenciar la resiliencia. Cuando una persona se siente acompañada por su famiia y amigos también es más feliz. Sin embargo, para mantener las relaciones personales sólidas debemos dejar de dar por supuesto que un buen amigo siempre estará allí. Es esencial invertir tiempo en las relaciones, cultivar los vínculos afectivos y mejorar la comunicación para potenciar el conocimiento mutuo. De lo contrario, puede producirse la distancia afectiva.

Cómo potenciar la resiliencia

2. Desde el punto de vista de la comunicación es muy importante no esperar que los demás adivinen cómo nos sentimos. Toma la iniciativa de llamar por teléfono a un amigo si tienes un mal día y necesitas hablar con alguien. Es decir, adopta una actitud proactiva respecto a tus propios sentimientos. Las relaciones personales son una inversión en la propia felicidad personal.

En la etapa adulta marcada por el exceso de responsabilidades, no siempre es fácil conciliar los distintos ámbitos de la vida. Sin embargo, siempre se debe encontrar momento para estar en compañía de un buen amigo que con su presencia, nutre tu autoestima y te ayuda a conocerte mejor. Del mismo modo, también es saludable marcar distancia respecto de aquellas compañías que te hacen sufrir de un modo habitual con sus actitudes. Existen algunas actitudes que pueden causar mucho daño: la envidia es un ejemplo de ello.

3. Asume con total naturalidad la vivencia de sentimientos desagradables como la ira, el estrés o la ansiedad. Todos los sentimientos son valiosos porque nos ayudan a descubrir información sobre nosotros mismos. No es positivo reprimir un sentimiento.

4. Identifica qué puntos de tu rutina cotidiana son motivo de felicidad y qué instantes sencillos son agradables ya que estos momentos felices, nos ayudan a compensar la balanza emocional. Un momento feliz es un antídoto natural para reducir el sabor amargo de otras vivencias menos agradables. Por ejemplo, el tiempo de ocio es muy saludable para desconectar la mente de las preocupaciones y asuntos de la oficina.

5. Establece metas y objetivos a corto plazo ya que vivir en el futuro solo sirve para traer frustraciones, ansiedad y angustia. Busca metas que te ilusionen y en las que disfrutes al implicarte en primera persona como protagonista de la gran aventura de tu vida. Una aventura que cada día te depara nuevos motivos de gratitud. Aprender a dar las gracias también alimenta la resiliencia.