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El estrés es uno de esos enemigos de nuestra salud que limita nuestro potencial de desarrollo profesional. Sin embargo, el estrés puede llegar a convertirse en un círculo vicioso cuando entramos en una dinámica de prisas en la que no nos queda tiempo para pensar realmente en cómo hacemos las cosas. Por tanto, el primer paso para poner freno al estrés es hacer una pausa y pararte a pensar en tu bienestar. ¿Qué hábitos conviene corregir?

1. La tendencia de acostarte tarde ante el placer de ver el capítulo de tu serie preferido en la televisión o el programa que más te gusta pasa factura al día siguiente cuando tomas conciencia de que no has dormido lo suficiente. Esta tendencia aumenta durante la primavera cuando el cambio de hora puede hacer que retrases el momento de irte a dormir. Puedes grabar una peli para verla en otro momento.

Malos hábitos que incrementan el estrés laboral

2. Hacer deporte es una rutina de bienestar. Sin embargo, es recomendable no hacer deporte a partir de las 8 de la tarde ya que esto puede alterar tu ritmo de sueño. En el lado opuesto también destaca la tendencia al sedentarismo como una de las rutinas que incrementa el sentimiento de estrés. Salir a pasear es una fórmula sencilla para canalizar la energía negativa que surge de la ira acumulada.

3. Comer con prisa frente al ordenador es una rutina negativa porque no te permite desconectar de tu trabajo en la hora del mediodía. Además, no solo importa el menú que tomas sino también, cómo lo disfrutas. Y cuando comes con prisa, no saboreas con calma los sabores de una receta.

4. Prolongar las jornadas de trabajo en casa hasta tarde no solo no es una buena costumbre sino que además, tienes que replantearte el modo en el que gestionas el tiempo. Hacer un curso sobre gestión del tempo puede ayudarte a optimizar tu agenda.

5. No existe el trabajo ideal, todos tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Sin embargo, existe una tendencia hacia el desánimo al poner más atención en los aspectos negativos de un empleo que en todo lo positivo que puede aportar. Si de un modo recurrente alimentas las quejas en tu vida laboral, un proceso de coaching puede ayudarte a dar el giro hacia el optimismo.

6. Posponer la toma de decisiones para otro momento solo te hace vivir con el peso de aquello que está pendiente de hacerse. Aquello que ahora no es urgente si llegará a serlo si no lo afrontas y agotas el plazo establecido. Por tanto, anticípate a las fechas de los plazos.

7. No aprovechar el momento del descanso para charlar con los compañeros, compartir anécdotas y desconectar también es una rutina que pasa factura a nivel de estrés. El descanso también es un componente del trabajo.

8. Quedar a la espera del reconocimiento constante por parte de los demás te priva de lo importante que es alimentar tu automotivación en la oficina. Del mismo modo, adoptar una actitud individualista en la oficina, contraria al valor del trabajo en equipo, también puede incrementar un estrés que se reduce con la colaboración.