La originalidad del régimen Sima, es la de asociar a la reducción calórica un dúo de choque: la ingesta de magnesio y sílice mineral. Resultado: menos estrés, menos cansancio, y por lo tanto, menos canas de comer entre horas. La promesa en cuanto a los resultados: menos de 4 a 6 kg en 2 meses como máximo.

La función clave del magnesio

¿Cansada, ansiosa, demasiado trabajo? ¿Duermes mal? ¿Te sientes atraída por el azúcar al final de mañana, a mitad de tarde, por la noche o bajo los efectos del estrés? ¿Adelgazar te supone un esfuerzo demasiado grande, y cada vez que lo intentas vuelves a recuperar los kilos perdidos? ¿Y si tus problemas de peso estuvieran relacionados con una carencia en magnesio?

La falta de magnesio empuja a picotear entre horas: Consecuencia, el azúcar no se convierte en energía por las células. El cerebro reclama comida. Picotear calma las necesidades, pero la saciedad dura poco, puesto que la falta de magnesio siempre está ahí, y una nueva pulsión no tarda en manifestarse. Se entre en un círculo vicioso de un picoteo constante. Mientras que el organismo no se recargue de magnesio, las ganas de comer a cualquier hora, persisten.

Mujer delgadaUn dúo de choque con el sílice mineral: La ingesta de magnesio durante y después del régimen debe ser regular, evitando las ampolla, altamente dosificadas, y los preparados homeopáticos, con poca dosificación. Lo ideal es multiplicar las tomas, hasta 6 al día, en los momentos propicios para el picoteo, y optando por pequeñas cantidades: 50 mg como máximo cada vez. Siempre se asocian 5 gotas de sílice mineral, que es lo que favorece la entrada de magnesio en la célula.

Un régimen en tres fases

Hay que reducir los glúcidos (alimentos azucarados, cereales, féculas…) para forzar al organismo a sacar la energía de sus reservas de grasa. Al principio, se consumen verduras, carne, pescado y lácteos sin grasa. Con el tiempo, se vuelven a introducir los glúcidos. El acento se pone sobre los productos ricos en magnesio: algas, mariscos, verduras, legumbres, cereales integrales… Sin olvidarse de las aguas minerales.

Una fase de ataque en 4 tiempos

La duración de la fase de ataque depende de la pérdida de peso deseada. Para perder entre 5 y 6 kilos, se debe contar con 4 semanas. Si el objetivo es inferior, la duración puede verse reducida a 3 ó 2 semanas. Este régimen es rico en proteínas magras (clara de huevo, lácteos desnatados, carnes y pescados magros), pobre en grasas, y casi desprovisto de glúcidos (nada de féculas ni fruta), pero rico en verduras. En cada comida se bebe de 1 a 2 vasos de agua natural o con gas, rica en magnesio, y 1 té o una tisana sin azúcar. Para limitar el picoteo entre horas, 1 comprimido de magnesio, más 5 gotas de sílice mineral, con un poco de agua a las 11h, las 17 h, y las 22 h.

La segunda semana, se conserva el mismo esquema: proteínas magras en cada comida y poco de materias grasas vegetales como condimento.

La tercera semana, una vez que se ha empezado a adelgazar, se integran nuevos alimentos, algo más ricos en glúcidos y ampliando la elección de las verduras, aromatizando los lácteos con algunas frutas rojas o cítricos, e introduciendo, si se tienen ganas, una loncha de jamón en el desayuno, en vez de una cucharada de mermelada.

La cuarta semana tiene la misma estructura, pero se reemplaza la rebanada de pan integral por el pancake del desayuno.