El cuidado del cabello es algo muy importante. El cabello refleja la salud de cada persona. Pero, en muchas ocasiones, es difícil saber por qué champú o cuidado capilar decantarse, ante la extensa gama y variedad que se ofrece en los comercios especializados.

Además, la mayoría contienen substancias de las que no conocemos su composición. Y nadie puede ignorar que los productos químicos integrados en los champús no naturales no se adaptan bien a ciertos tipos de cabello.

Por esta razón, ciertos especialistas afirman que el agente que produce la espuma, y que se utiliza en estos champús es muy agresivo, porque está compuesto por detergentes. Para tener un pelo bonito, a la vez brillante, sedoso y tonificado, se debe utilizar un buen champú.

Hay que saber que se puede fabricar en casa, con poco dinero, y de una manera bastante sencilla. No sólo su calidad está así garantizada, sino que será 100% natural.

El champú natural casero

Este tipo de champú es particularmente eficaz para garantizar un lavado que no dañe el pelo, incluso si lo hacemos a diario. Otra ventaja, es que el champú natural cuesta más barato que el champú clásico, puesto que se hace en casa, es decir que se fabrica con productos de los que ya solemos disponer habitualmente.

Para el pelo seco, se puede hacer una mezcla con cuatro yemas de huevo, cinco mililitros de aceite de almendra dulce, o de aceite de oliva y cinco mililitros de ron. La mezcla se echa por encima de la cabeza, dando masajes lentamente, hasta que el producto penetre bien.

Tras unos cinco minutos de espera, para que el producto actúe bien, se debe enjuagar a conciencia. Si nos falta alguno de estos ingredientes, se puede utilizar otra receta. En definitiva se trata de una mezcla de seis cucharadas soperas de miel y de seis cucharadas soperas de aceite de almendra dulce.