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Es indiscutible que la alimentación del bebé durante el primer año de vida es fundamental, pues de ella depende no solo su buen estado de salud sino también su desarrollo.

Los pediatras recomiendan, siempre que sea posible, que el bebé se alimente con leche materna durante los primeros tiempos de vida, pasando después de los seis meses hacia una alimentación complementaria que incluirá los primeros purés y cereales.

Pautas de una buena alimentación del bebé

Existen ciertas pautas que ayudan a la buena alimentación del bebé:

  • Leche materna, si es posible, a demanda y exclusivamente hasta los seis meses.
    • Si no es posible dar al bebé leche materna ésta se puede sustituir por leche de fórmula hasta los cuatro o seis meses.
  •  A partir de los cuatro o seis meses de vida y hasta los tres años, se recomienda cambiar la leche de fórmula por la leche de continuación e introducir en la dieta del bebé otros alimentos.
  • Aporte de vitamina D.
  • Introducción de alimentos en la dieta del bebé siguiendo las siguientes pautas: frutas a los 4 meses, pollo a los 5 meses, carne de ternera a los 6-7 meses, pescado a los 8 meses y huevo a los 9 meses.
  • Los cambios de alimentación se harán de forma gradual.
  • Extremar siempre las medidas higiénicas durante la preparación de los alimentos a lo largo del primer año de vida del bebé (esterilizar tetinas, chupetes y biberones).

Alimentación complementaria

La alimentación complementaria es un proceso que comienza cuando la leche materna o, en su caso, la leche de fórmula, ya no son suficientes para satisfacer las necesidades nutricionales del bebé.

Se trata de una transición de la lactancia a otros alimentos que proveerán al bebé de todos aquellos nutrientes que necesita para estar saludable y llevar un crecimiento adecuado.

Para comenzar con la alimentación complementaria será necesario respetar ante todo el desarrollo del bebé, o sea como mínimo que el lactante se encuentre ya en los seis meses de edad, momento en que presenta algunas señales de madurez que indican que se puede avanzar con otro tipo de alimentos.

A los seis meses de edad, el estómago del bebé estará apto para recibir purés y cereales, siendo una excelente opción las papillas ecológicas para bebés que también le aseguran una dieta variada, sana y equilibrada.

Con el paso de los meses se puede variar e incrementar la alimentación del bebé añadiendo otros sabores de verduras, frutas, cereales y carnes – y si éstos son orgánicos, tanto mejor.

Los alimentos orgánicos se producen y elaboran con sustancias naturales y lo más importante de todo es que en su producción no se emplean plaguicidas, fertilizantes químicos, ni colorantes o saborizantes artificiales. Es el caso, por ejemplo, de Smileat, que ofrece una amplia gama de productos ecológicos para el bebé que incluye packs de carnes, pescados, frutas y verduras de la mejor calidad y sin azúcares añadidos.

La OMS recomienda que los lactantes reciban leche materna exclusivamente durante los primeros seis meses de vida. Pero si por alguna razón la madre no puede o no desea amamantar al bebé, existe la alternativa de la leche de fórmula que bien preparada resulta nutritiva. Con ella, el bebé suele hacer menos tomas que cuando es amamantado.

El bebé comienza a comer alimentos sólidos

A los seis meses, el bebé será capaz de mantener la cabeza erguida por sí solo y de masticar, además que mostrará interés en la comida. En esta etapa ya está lo suficientemente desarrollado para comenzar a comer los primeros alimentos sólidos.

Antes de introducir estos alimentos sólidos a la dieta del bebé, se recomienda consultar los pasos a seguir con el pediatra que indicará las mejores opciones de alimentación complementaria.

Más allá de los beneficios de la lactancia materna, a partir de los seis meses el bebé ya está en condiciones de comer purés o papillas, yogur sin azúcar y cereales fortificados con hierro.

La mejor manera de llevar a cabo esta transición de forma gradual es, según los pediatras, comenzar a darle alimentación complementaria dos veces al día, incrementando gradualmente la cantidad de cucharadas de papillas, purés o cereales.

En el caso de los cereales, la recomendación es diluirlos en leche materna o de fórmula para lograr una mezcla semilíquida y gradualmente ir espesando la preparación.

Cuando se comienza a darle alimentación complementaria, lo más probable es que el bebé no coma mucho. Sin embargo, poco a poco se irá acostumbrando a esta nueva experiencia y será entonces el momento ideal para incrementar la cantidad, respetando siempre las dos comidas al día.

La alimentación infantil es clave para el desarrollo del niño y respetar las distintas fases de evolución es fundamental para fomentar un crecimiento saludable. Por ello el primer año de vida es especialmente importante y cuantos más sabores se incorporen, mayores son las posibilidades de que se convierta en un niño capaz de disfrutar de todos los tipos de comida.