En el campo de la talasoterapia, la balneoterapia consiste en la utilización terapéutica de baños a base de agua marina. El agua se calienta para provocar una dilatación de los poros de la piel y facilitar la absorción de los componentes marinos en el cuerpo. A estos beneficios hay que añadir otros elementos placenteros como los chorros de agua, los masajes en el agua y los baños de burbujas.

En casa, podéis beneficiaros de las virtudes de la talasoterapia con pastillas efervescentes que se ponen dentro del agua de la bañera; y mejor aún si las ponemos debajo de la columna vertebral para que realicen un masaje burbujeante.

Cuidados marinos: las algas

Una cura de talasoterapia está basada en la algoterapia, es decir en la utilización de algas (calientes o frías) en forma de aplicaciones locales, de cataplasmas y de baños. Como las algas son muy hidratantes, consiguen mejorar la absorción de oligoelementos a través de la piel.

Las más utilizadas son el fucus y las laminarias, que se recogen en el mar, luego se trituran lo más finamente posible. Existen en el mercado diversas gamas de productos de belleza a base de algas: se deben utilizar una vez a la semana para mantener una bonita silueta o para reparar los signos visibles del envejecimiento.

Cuidados marinos: la ducha

En los centros de talasoterapia, el tratamiento consiste en proyectar un chorro de agua sobre el paciente, para provocar un drenaje linfático y aportar un efecto relajante sobre los músculos. Se empieza por la zona de las piernas, y se va subiendo poco a poco. Al principio, el agua es caliente y su temperatura va disminuyendo hasta hacerse más fría, lo que provoca un efecto tonificador.

En vuestro cuarto de baño podéis utilizar un difusor de agua con efecto masaje. Esto se puede mejorar incorporando en el grifo un sistema para enriquecer el agua con activos marinos. Cada mañana os podéis dar una ducha reparadora y tonificante para empezar bien el día.

Cuidados marinos: el barro

La fangoterapia consiste en la utilización de barros marinos (sedimentos, lodos) en forma de cataplasma sobre el cuerpo. Esta técnica permite descongestionar los músculos y las articulaciones, así como aumentar la circulación sanguínea y eliminar las toxinas a través de la transpiración.

Este tipo de productos se encuentra en el mercado: su efecto es verdaderamente revitalizante. Se debe aplicar sobre una piel húmeda y dejarla reposar el tiempo indicado.