A cualquier edad y en todas las etapas de la vida, vuestros senos merecen una atención especial, como cualquier parte de vuestro cuerpo, pero ¿sabemos cómo cuidarlos a diario? Veamos algunos consejos importantes.

Los senos, símbolo de la feminidad

Se trata de una zona erótica y erógena, que configura el símbolo tradicional de la fertilidad. Los pechos de la mujer evolucionan en función de las fluctuaciones hormonales (ciclos menstruales, embarazo, lactancia), lo que los expone a un riesgo evidente de padecer cáncer.

Tanto por su belleza, como por vuestra salud, los senos deben seguir algunas reglas fundamentales para mantener su cuidado diario.

1. No exponer los senos al sol (bronceado, cabina UV), porque los rayos UV dañan la piel. Pero, con una piel fina y fragilizada, los senos resisten menos su propio peso, y corren el riesgo de caerse con el tiempo.

2. Evitar los baños y las duchas con agua muy caliente.

3. Al salir de la bañera o de la ducha, aplicar un chorro de agua fría sobre los senos. Con estos aceleráis la circulación sanguínea local y los tonificáis a diario.

4. Hidratarlos bien. La piel, a nivel del escote, es pobre en glándulas sebáceas, lo que la hace más frágil que otras zonas del cuerpo. Por otro lado, esta zona está más expuesta, por ir más descubierta. Aplicad a diario una leche hidratante sobre la zona del escote. En su defecto, os puede servir la misma crema que usáis para la cara.

5. Una vez a la semana, realizad una exfoliación suave sobre el busto. Pero cuidado, debéis evitar la zona del pezón.

6. Es aconsejable el uso de cremas Bio. La sensibilidad de los pechos a las hormonas, los hace más vulnerables a las substancias tóxicas.

7. Aplicad aceites esenciales, en forma de masaje, sobre los pechos: pomelo, mandarina, rosa, geranio, romero, en función del efecto que se quiere conseguir (firmeza, suavidad cutánea…).

8. Realizad, con regularidad, un masaje sobre los pechos, para tonificarlos, liberar las tensiones, activar la circulación sanguínea y linfática, etc. Estos masajes permiten, al mismo tiempo, verificar la ausencia de modificaciones en los pechos (quistes, calcificaciones). La regla general es la suavidad y la vigilancia.

9. En cuanto al sujetador, éste, como su nombre indica, tiene la función de sujetar y no la de comprimir, evitando el riesgo de obstruir la circulación linfática y favorecer la aparición de ciertas afecciones.

10. Prohibido dormir con sujetador.