La cronobiología está muy de moda para el equilibrio alimenticio, ya que podría igualmente hacer que el cuerpo pudiera rendir muchísimo más a la hora de adelgazar. Hoy nos planteamos cuáles son los deportes que conviene priorizar, y en qué momentos del día, y durante cuánto tiempo practicarlos.

Nuestro organismo está gestionado por un reloj interno, situado en el hipotálamo, una pequeña glándula situada a nivel del cerebro. En otras palabras, el cuerpo está programado para funcionar sobre un ritmo de 24 horas, con periodos de vigilia y periodos de sueño. A lo largo de estas fases, el hipotálamo actúa como un director de orquesta para que los órganos funcionen, gestiona las secreciones hormonales, la tensión arterial, siempre en función de cada necesidad a lo largo del día.

Por ejemplo, por la mañana, el cuerpo produce cortisol, una hormona que ofrece la energía necesaria para despertarse. Por la noche, sin embargo, la melatonina es secretada para favorecer el sueño. Todos funcionamos a un ritmo de 24 horas, pero nuestro reloj interno es muy sensible y puede verse perturbado por factores externos como la falta de luz, la alimentación, el estrés, etcétera.

Mujer delgada

Entre las 6 y las 10 horas: una actividad suave

Al despertarse, el organismo necesita tiempo para poner en marcha todas las funciones que estuvieron en stand-by durante la noche, concretamente la actividad cardiaca. Por tanto, más vale evitar la práctica de un deporte demasiado intenso que solicite el corazón, como el jogging por ejemplo, al levantarse de la cama.

Igualmente, si se fuerza demasiado, se corre el riesgo de sufrir algún tipo de desvanecimiento o malestar, ya que el cuerpo sale de un periodo de ayuno de varias horas y no tiene suficiente energía disponible. Priorizar un deporte suave como el Pilates o el yoga es lo más conveniente. Incluso si esto no ayuda a consumir demasiadas calorías, el trabajo en profundidad de los músculos permite definir y estilizar mejor la silueta.

Muchas mujeres piensan que practicar un deporte en ayunas ayuda a adelgazar. Ciertamente, es posible que con el estómago vacío se queme hasta un 30% más de grasas suplementarias. Pero estudios diferentes muestran que existe un equilibrio a lo largo del día. Al final, el cuerpo no consume un mayor número de calorías.

Entre las 10 y las 12:30 horas: una actividad de resistencia

Este periodo del día es propicio para la pérdida de peso. El desayuno se ha tomado hace un tiempo mayor, con lo cual el organismo no está ocupado en digerir y puede concentrarse en el esfuerzo físico que va a proporcionar. Además, la glicemia, que es la cantidad de azúcar en la sangre, está en su nivel más bajo. La tasa de insulina, una hormona producida en función de la tasa de glicemia, también está menos alta, lo que favorece la eliminación de las grasas acumuladas.

Por lo tanto, hablamos de este como el mejor momento para practicar deportes de resistencia como hacer running, natación, o bicicleta durante 40 a 50 minutos, si la pausa para comer lo permite.

Entre las 4 y las 7 de la tarde: una actividad intensa

Ahora hablamos del mejor momento del día para realizar un deporte de fuerte intensidad, puesto que la comida ya está digerida y la fuerza muscular, así como las capacidades cardíacas están en su máximo nivel. Por tanto es más fácil practicar durante más tiempo alguna actividad, por ejemplo una hora, o incluso más, y así quemar un mayor número de grasas acumuladas.

Lo ideal es priorizar la práctica del jogging, la bicicleta, o la natación a un ritmo de cierta intensidad.

¿Cuándo no se debe practicar deporte?

Si bien es cierto que algunos momentos del día son más propicios que otros para la práctica deportiva, también es cierto que hay algunas horas en las que conviene evitar cualquier tipo de ejercicio. Entre las 13 horas y las 15 horas, más vale abstenerse, puesto que el organismo está ocupado en el trabajo de la digestión, lo que puede ser nefasto para el correcto funcionamiento del cuerpo.

En efecto, el cuerpo utiliza los alimentos ingeridos para nutrir ciertos órganos. Si se solicita al mismo tiempo para una actividad física, tendrá que buscar la energía y utilizar los alimentos para mantener el ritmo, y no para el funcionamiento del resto de órganos.

Del mismo modo, después de las 20 horas, la práctica de un deporte podría tener por efecto perturbar el reloj interno. Es justo el momento en el que los mecanismos que favorecen el sueño se establecen. Practicar un deporte a una hora tardía aumenta la producción de hormonas, como la adrenalina, lo que podría perturbar un sueño reparador.