• Autor de la entrada:
  • Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

Una vida sana depende en buena parte de una alimentación adecuada ya que con ello obtendremos grandes beneficios y también mantenernos en forma durante todo el año, sin necesidad de recurrir a dietas estrictas antes de la llegada del verano.

Existen una serie de pautas que ayudan a mantener una dieta equilibrada y saludable como la famosa Dieta Mediterránea.

Guía de una  dieta equilibradaBasada en un tipo de alimentación saludable y variada pero rica en frutas, vegetales, lácteos y sus derivados, carnes, pescados e hidratos de carbono en la medida justa, además del aceite de oliva como aderezo principal de las comidas, la Dieta Mediterránea es un buen modelo de alimentación a seguir.

  • Consejos para seguir una dieta equilibrada

Evitar el consumo de aquellos alimentos que son ricos en grasas y azúcares.
Optar siempre por carnes magras o sea con bajo contenido de grasa ya sean carnes rojas o blancas.

Cocinar los alimentos de forma saludable, a la parrilla, grillados o al vapor

Consumir frutas y verduras a diario como mínimo dos raciones cada día y en lo posible frescas y crudas.

Incorporar en el menú diari cereales, tales como la avena, cebada y trigo, además de legumbres, como las lentejas o garbanzos, que representan una importante fuente de hidratos de carbono y fibra.

Reducir el consumo de alimentos ahumados o en conserva, como también aquellos que vienen pre-cocidos y todo tipo de bollería.

Evitar los empanados, rebozados y fritos.

  • Consejos a la hora de comer

Algunas recomendaciones para adoptar hábitos alimenticios más saludables nunca están de más, como por ejemplo:

Seguir una dieta variada, con diversidad de alimentos diarios que no transformen la alimentación en una dieta monótona, ya que el buen comer y la variedad es indispensable para evitar tentaciones que sumarán kilos a nuestra figura.

Evitar la típica sensación de hambre que lleva a comer entre horas, algo perjudicial para el organismo ya que se elimina la rutina alimenticia a la que el organismo se ha acostumbrado.

Evitar las denominadas comidas chatarra que por lo general son ricas en grasas e hidratos de carbono.

Tomarse el tiempo necesario para cada comida es indispensable para tener una buena digestión y evitar la sensación de hambre solo un par de horas después del almuerzo o la cena, de allí la importancia de masticar bien y comer despacio.

Consumir alimentos que contengas fibra tales como legumbres y verduras que además ayudan a limpiar el aparato digestivo.

El pan es un alimento saludable pero siempre debe ser consumido con moderación y en lo posible optar por los que están preparados con harina integral.

Reducir el consumo de café y alcohol como también los refrescos azucarados y optar por zumos de frutas naturales o té verde y por supuesto el agua un líquido imprescindible para nuestro organismo.