Para mantener un cabello brillante y sano, debemos comer de forma sana, dando prioridad a las proteínas. Las comidas a base de leche, pescado, cereales integrales, carne (sin grasa), verduras y frutas tienen un efecto positivo sobre el cabello.

Las materias grasas se reducen, incluso se suprimen, puesto que favorecen la secreción de sebo a nivel del cuero cabelludo. Es preferible una alimentación ligera, beber agua en cantidad suficiente (1,5 l al día, en pequeños sorbos).

Comer frutas frescas, y verduras con el fin de facilitar la asimilación de la comida por el organismo. Además, se debe alternar de forma razonable una actividad física con un buen descanso. Esto permite revitalizarse.

CabelloUn ritmo de vida sin estrés y una comida tranquila contribuyen a manteneros en buena salud y por consiguiente tonificar igualmente vuestro cabello. Respirad, moveos, aireaos todo lo posible.

Los productos de uso externo

El mantenimiento del cabello comienza por la higiene: aplicad un champú ligero, no agresivo, en cuanto vuestro pelo esté sucio. El polvo, el sudor, la exposición prolongada al viento como al sol acentúan las agresiones del cabello. Conviene pues lavarlos con regularidad.

También se debe cuidar la limpieza de los peines y de los cepillos que utilizáis. Inútil de arañar el cuero cabelludo. Debéis proceder con suavidad, con masajes tonificantes, recurriendo a lociones a base de plantas.

El uso de una mascarilla protectora es ideal si tenéis que desplazaros por lugares sucios, con polvo o muy expuestos al viento y al sol. Si fuera necesario, conviene someterse a una cura de aceites esenciales: el limón reduce el exceso de sebo, el romero favorece la microcirculación sanguínea, el cedro tonifica y da brillo al cabello…

Conviene saber que los aceites esenciales no se enjuagan. Finalmente, llevad un corte de pelo que os guste, y que se adapte bien a la forma de vuestra cara, puesto que eso ayuda a subir la moral.